Existe una frase de la que siempre echamos mano cuando de hablar bien de alguien se trata: “honrar honra”, frase hecha a la que nos acostumbramos y hacemos nuestra, haciendo que a veces podamos errar en un juicio externado.
Esta misma frase sin embargo, podemos usarla con los ojos cerrados cuando se trata de una persona como don Manuel Arsenio Ureña.
Nadie en Santiago y me atrevo a decir que en todo el país, desconoce este nombre y mucho menos la aureola de hombre de bien que le rodeara durante toda su vida.
Don Arsenio murió y a esta región a la que sembró pródigamente con sus buenas acciones, su muerte dejó sembrada de una gran angustia, llorando la pérdida de un ser humano con una de esas conciencias excepcionales que no distinguía entre ricos y pobres, ya que para él lo primordial era hacer el bien.
“Por sus frutos los conoceréis” dice la Biblia en alguna de sus partes, la frase atribuida a Jesús, podemos aplicarla a don Arsenio en la seguridad de no fallar, ya que los testimonios de cientos de dominicanos así lo confirman.
La muerte no distingue entre buenos y malos, he aquí lo que llamo uno de los reveses de la naturaleza que debería de haber establecido un pacto entre el bien y el mal, dando a los buenos, la oportunidad de permanecer a salvo de la parca, al menos durante un siglo.
Hace poco se cumplió un nuevo aniversario de la muerte de don Arsenio y en su recuerdo, fue designada con su nombre una importante vía del municipio de donde era oriundo. El acto contó con la presencia de sus hijos y de la que fue compañera inquebrantable de su vida, haciendo honor a otra frase que pauta destinos: “detrás de un gran hombre, existe una gran mujer”, o quién sabe si es al revés, lo cierto es que en la vida de don Arsenio y doña Camelia Rodríguez viuda Ureña, es difícil saber cuál de los dos, inspiraba a quien.
Imagino que la carretera Pedregal-Los Montones Mata Grande, guardará en su esencia, huellas de este hombre que sin duda, habrá transitado esos caminos de su tierra, de su sierra amada.
El reconocimiento por parte del Presidente y autoridades presentes, no es un acto de generosidad, sino de justicia, permítanme ir más lejos aún y decir que es poco para lo que este empresario y su familia han hecho sobre todo por Santiago y sus pueblos.
Fue la pareja Ureña-Rodríguez quienes en persona, dieron inicio al plan de alfabetización que rescató de la oscuridad a mucha gente, enseñándoles a leer y escribir, esto sin hablar de los estudiantes a los que las empresas de esta familia, ayudaba a alcanzar sus sueños por medio de becas de estudio en universidades.
Pocas veces puede hablarse de vidas tan diáfanas que van dejando escrita una historia que discurre a veces silente y que otras veces, es el propio pueblo quien grita a voces las bondades recibidas.
Una carretera y mucho más debe llevar el nombre de Manuel Arsenio Ureña, un dominicano humilde que trabajó llegando a escalar los más altos peldaños, mostrándose siempre humilde y formó una familia cuyos miembros continúan su apostolado.
Invito al Ayuntamiento y Gobernación de Santiago, a tomar en cuenta mi humilde sugerencia nacida de la justicia, que el nombre de este hombre que tanto bien hiciera a esta región, sea propuesto para una obra tan grande, como fue la generosidad y honestidad del prestigioso empresario don Manuel Arsenio Ureña.
Estas palabras son un homenaje a su recuerdo y a su familia, con el debido respeto a una vida honrada apegada a la práctica de la ética predicada.
Nurys Rivas.