A raíz del último reenvío de la audiencia del caso que nos ocupa y a la cual nos referimos la semana pasada, haciendo hincapié en la manera tan burda e irresponsable en la que nueva vez la figura de la institución Defensoría Pública, salía a relucir, por medio de uno de sus miembros, el licdo. Leonidas Estévez, para dejarse utilizar, por el principal imputado, Adriano Rafael Román Román y su grupo; fueron muchos los comentarios que a nivel de las redes sociales, de forma personal en las calles y por artículos, que lo mejor del pueblo dominicano se manifestó de manera solidaria e inequívoca en contra de la actitud desleal de la indicada institución y sus defensores, y además, por el proceso mismo y lo que hemos tenido que luchar para que se pueda garantizar la continuación del juicio de fondo.
Hay quienes nos han preguntado cómo nos hacemos como familia para seguir adelante en la búsqueda de justicia ante tanta iniquidad, bajeza, deslealtad, y muestra de irrespeto; para continuar hacia delante. La respuesta es sencilla, aunque el tránsito no ha sido fácil, y es a través de la mano amiga, la solidaridad, la llamada sincera y desinteresada, el escrito que en ese momento Dios ha guardado y enviado para ti, a través de alguien de buen corazón y sensibilidad, que aunque no le conozcas de forma íntima y personal, sabe tu trayectoria y el de tu familia. Asimismo, a través del poder espiritual de las oraciones, porque alguien desea mantenerte presente.
En fin, no ha sido un caminar de una sola familia, hemos sentido que estamos en un mismo sendero siendo llevados de las manos de lo mejor de este pueblo que ve en el caso, no la figura de quien escribe, sino se ve en ese mismo espejo y la de su familia y no quiere eso mismo para ninguno de sus miembros o parientes. No desea un país que el sistema judicial sea burlado por imputados, no importa de quien se trate, ni por instituciones que están para brindar un servicio público, pero no para hacerle el juego mezquino y malvado a imputados, sino para garantizar sus derechos.
Es eso lo que cada quien busca, que prime el respeto a ley, a los procesos y al orden establecido.
Precisamente como mencionamos una de las formas y maneras en que llega esa motivación que te permite continuar y asumiendo con esperanza cada día que llega y amanece y sabiendo que no estamos solos, primero con Dios y luego con grandes corazones que nos contagian con su maravilloso espíritu de lucha. Un ejemplo de esto que hemos expuesto, es un artículo escrito por un joven, a quien no tengo el gusto y placer de conocer y que escribe en este mismo diario, de nombre: Benjamín García, titulado: “A propósito de Jordi. Cuando la justicia se hace negra”. En dicho artículo, expresaba, entre otras cosas, lo siguiente: “Hace ya tres años, en un acto de cobardía y aberrante desprecio por la vida, unos “pobres” inquilinos de la derrota, por un par de pesos “hediondos” dispararon a Jordi Veras, comunicador, abogado, amigo, hijo, hermano y esposo pero sobre todo, miembro de honor de ese cada vez más reducido grupo de hombres íntegros que habitan esta media isla colocada en el mismo trayecto del dolor”. “¿Cuál había sido su delito, la acción tan repudiable que mereciera por parte de este grupo de pérfidos ser borrado de la existencia? Pues sencillamente defender con valentía y dignidad una mujer de las maldades de quien ahora ponía en manos de unos pillos la “responsabilidad”, la triste misión, de “quitar del medio” al hijo de Don Negro Veras”.
Sigue diciendo el artículo de marras: “A pesar del dinero, del “prestigio” de este engendro del mal, logró llevarlo a la cárcel, donde se encuentra cumpliendo condena por su delito pero desde donde puede, gracias a lo podrido de esta sociedad y a un par de criaturas desalmadas, articular maniobras mal sanas para pretender poner en jaque hasta la justicia divina”.
“Cuando sucedió el hecho, una oscura mañana de junio hace ya cuatro años, la conmoción hizo presa incluso de quienes no conocíamos a los Veras, por lo menos no de manera personal”. “Se trataba de un atentado contra una familia de reciedumbre moral, con una trayectoria de honorabilidad y de respeto…”
“Mas no podemos perder la fe, todo este dolor no puede ser en vano. A pesar del calvario se ha de producir la resurrección. Veremos la luz al final del camino”.
Cuando vemos y leemos ese tipo de mensajes de personas a quienes ni siquiera conoces, pero que te muestran tanta fuerza, estímulo, esperanza; cómo tú puedes ser el que “tire la toalla” o que simplemente te desesperes o pierdas la fe.
Escrito como este y como muchísimos más que recibimos por diversas vías, te dicen y te muestran que no todo está perdido, que si existen malvados como los que provocaron el daño a nuestra persona y como familia, y que hay quienes le hacen el juego por el motivo que sea; siempre encontraremos muchos más, que como este joven, tendrás como apoyo, pie de amigo y que te abrace con solidaridad y que te servirá como motivación de no desfallecer y seguir adelante en cada batalla, no importando los escollos y obstáculos que en la mente tengan los que buscan evitar que se haga justicia.
Es con estímulos de esta naturaleza como las que hemos transcrito, no porque resalten figuras, sino porque sientes que en esta lucha, no caminas ni andas a solas ni resulta indiferente el hecho que hoy nos amenaza a todos, el sicariato y el crimen organizado. Agradecer a Dios, porque nos envía día a día, motivaciones así desde hace casi cuatro años.
Lic. Jordi Veras.