Villa González es el pueblo natal de José Reyes en el norte de la República
Dominicana, y el nuevo torpedero de los Azulejos describió el fervor que el
equipo canadiense genera en su país en estos momentos.
"Cuando fui a la Dominicana y la gente me veía en la calle, todo el mundo estaba hablando de los Azulejos. En mi pueblo, todo el mundo se ha hecho fanático de los Azulejos", dijo Reyes.
Por primera vez desde fines de la década de los 80 y comienzos de los 90, en los días que Tony Fernández, Juan Guzmán, Alfredo Griffin y George Bell brillaban con el uniforme blanco y azul, la franquicia de Toronto ha vuelto a ser popular en territorio dominicano.
Campeón de bateo de la Liga Nacional en 2011 y tres veces líder de bases robadas en el viejo circuito, Reyes será el primero dentro de un cuarteto de dominicanos al frente del orden ofensivo de los Azulejos. El jardinero Melky Cabrera será el segundo, seguido por los toleteros José Bautista y Edwin Encarnación.
Ocho dominicanos iniciaron la pretemporada en Dunedin, la sede del complejo de entrenamientos del club en la Florida.
"Te sientes como en familia", comentó el utility Emilio Bonifacio, una de las varias piezas del mega canje --con 12 jugadores de por medio-- con el que Toronto remeció el receso en noviembre pasado.
Aprovechando otro desmantelamiento de los Marlins para reducir el costo de nómina, el gerente de los Azulejos Alex Anthopoulos adquirió a Reyes, los abridores Mark Buehrle y Josh Johnson, el cátcher John Buck y Bonifacio de Miami a cambio de los torpederos Yunel Escobar y Adeiny Hechavarría, el abridor Henderson Alvarez, el receptor Jeff Mathis y los prospectos Anthony DeSclafani, Jake Marisnick y Justin Nicolino.
Se espera que este canje termine teniendo el mismo impacto que tuvo el que se concretó en diciembre de 1990, cuando traspasaron a Fernández y Fred McGriff a San Diego por Roberto Alomar y Joe Carter.
Toronto quiere volver a estar en la cúspide del béisbol, como lo hizo al conquistar el bicampeonato de la Serie Mundial en 1992-93. Con el SkyDome lleno al máximo, era el equipo con la nómina más cara de las mayores.
Pero no han vuelto a asomar la nariz en la postemporada desde que Carter sacudió su memorable jonrón contra Mitch Williams para poner fin al Clásico de Otoño del `93.
Dos décadas después, al menos en el papel, los Azulejos se perfilen para ser los mandamases de la División Este de la Americana al disponer de un potente equipo. Amén del variado arsenal ofensivo, la rotación incorporó al nudillista R.A. Dickey, el Cy Young de la Nacional en 2012.
El favoritismo también se apuntala por la percepción generalizada de que los Yanquis y Medias Rojas, las potencias tradicionales de la división, están en franco declive. Las lesiones de varios titulares claves han diezmado la alineación de Nueva York, mientras que Boston viene de sufrir su primera campaña con 90 derrotas desde 1966.
"Todos estamos muy entusiasmados, se espera tanto de nosotros", dijo John Gibbons, de vuelta para un segundo ciclo como piloto de la novena. "Se puede revivir la era de los `90. Ese es el objetivo".
Pero también se exponen al fracaso. Equipos que en años recientes comenzaron campañas tras acaparar titulares en el invierno con sus adquisiciones acabaron mal. Eso ocurrió con los Marlins el año pasado y con los Medias Rojas en el previo.
Alomar, el miembro del Salón de la Fama que ahora se desempeña como asesor de la gerencia, advirtió que el talento no garantiza nada: "Jugar con inteligencia es lo que te llevará a un campeonato, como se hizo a inicios de los `90", dijo el puertorriqueño.
Pero es tentador relamerse con el potencial.
--Bautista y Encarnación son capaces de pegar 40 jonrones. Bautista, quien pegó 97 jonrones entre 2010 y 2011, viene de una campaña en la que sufrió con una lesión en la muñeca izquierda que lo limitó a 92 juegos.
--Reyes, Bonifacio, el segunda base Maicer Izturis y el jardinero suplente Anthony Gose se robaron 102 bases entre los tres el año pasado.
--El tercera base Brett Lawrie, el designado Adam Lind, el cátcher J.P. Arencibia y el jardinero central Colby Rasmus complementan la ofensiva.
--Dickey, Brandon Morrow, Buehrle y Johnson componen la rotación, en la que la noticia inesperada fue la decisión de enviar a las menores a Ricky Romero, un zurdo que recién en 2011 había sido seleccionado para el Juego de Estrellas. J. A. Happ quedó como el quinto abridor.
--El bullpen tiene a Casey Janssen (22 rescates en 25 oportunidades), con Sergio Santos como preparador.
La euforia por el equipo es palpable: las entradas para el primer juego de la campaña se vendieron en un instante. Y la tercera racha vigente más prolongada sin ir a los playoffs parece a punto de llegar a su fin.
"Estoy impaciente para que esta temporada comience", dijo Bautista. "Si todos pueden hacer lo que son capaces, vamos a estar muy bien".
"Cuando fui a la Dominicana y la gente me veía en la calle, todo el mundo estaba hablando de los Azulejos. En mi pueblo, todo el mundo se ha hecho fanático de los Azulejos", dijo Reyes.
Por primera vez desde fines de la década de los 80 y comienzos de los 90, en los días que Tony Fernández, Juan Guzmán, Alfredo Griffin y George Bell brillaban con el uniforme blanco y azul, la franquicia de Toronto ha vuelto a ser popular en territorio dominicano.
Campeón de bateo de la Liga Nacional en 2011 y tres veces líder de bases robadas en el viejo circuito, Reyes será el primero dentro de un cuarteto de dominicanos al frente del orden ofensivo de los Azulejos. El jardinero Melky Cabrera será el segundo, seguido por los toleteros José Bautista y Edwin Encarnación.
Ocho dominicanos iniciaron la pretemporada en Dunedin, la sede del complejo de entrenamientos del club en la Florida.
"Te sientes como en familia", comentó el utility Emilio Bonifacio, una de las varias piezas del mega canje --con 12 jugadores de por medio-- con el que Toronto remeció el receso en noviembre pasado.
Aprovechando otro desmantelamiento de los Marlins para reducir el costo de nómina, el gerente de los Azulejos Alex Anthopoulos adquirió a Reyes, los abridores Mark Buehrle y Josh Johnson, el cátcher John Buck y Bonifacio de Miami a cambio de los torpederos Yunel Escobar y Adeiny Hechavarría, el abridor Henderson Alvarez, el receptor Jeff Mathis y los prospectos Anthony DeSclafani, Jake Marisnick y Justin Nicolino.
Se espera que este canje termine teniendo el mismo impacto que tuvo el que se concretó en diciembre de 1990, cuando traspasaron a Fernández y Fred McGriff a San Diego por Roberto Alomar y Joe Carter.
Toronto quiere volver a estar en la cúspide del béisbol, como lo hizo al conquistar el bicampeonato de la Serie Mundial en 1992-93. Con el SkyDome lleno al máximo, era el equipo con la nómina más cara de las mayores.
Pero no han vuelto a asomar la nariz en la postemporada desde que Carter sacudió su memorable jonrón contra Mitch Williams para poner fin al Clásico de Otoño del `93.
Dos décadas después, al menos en el papel, los Azulejos se perfilen para ser los mandamases de la División Este de la Americana al disponer de un potente equipo. Amén del variado arsenal ofensivo, la rotación incorporó al nudillista R.A. Dickey, el Cy Young de la Nacional en 2012.
El favoritismo también se apuntala por la percepción generalizada de que los Yanquis y Medias Rojas, las potencias tradicionales de la división, están en franco declive. Las lesiones de varios titulares claves han diezmado la alineación de Nueva York, mientras que Boston viene de sufrir su primera campaña con 90 derrotas desde 1966.
"Todos estamos muy entusiasmados, se espera tanto de nosotros", dijo John Gibbons, de vuelta para un segundo ciclo como piloto de la novena. "Se puede revivir la era de los `90. Ese es el objetivo".
Pero también se exponen al fracaso. Equipos que en años recientes comenzaron campañas tras acaparar titulares en el invierno con sus adquisiciones acabaron mal. Eso ocurrió con los Marlins el año pasado y con los Medias Rojas en el previo.
Alomar, el miembro del Salón de la Fama que ahora se desempeña como asesor de la gerencia, advirtió que el talento no garantiza nada: "Jugar con inteligencia es lo que te llevará a un campeonato, como se hizo a inicios de los `90", dijo el puertorriqueño.
Pero es tentador relamerse con el potencial.
--Bautista y Encarnación son capaces de pegar 40 jonrones. Bautista, quien pegó 97 jonrones entre 2010 y 2011, viene de una campaña en la que sufrió con una lesión en la muñeca izquierda que lo limitó a 92 juegos.
--Reyes, Bonifacio, el segunda base Maicer Izturis y el jardinero suplente Anthony Gose se robaron 102 bases entre los tres el año pasado.
--El tercera base Brett Lawrie, el designado Adam Lind, el cátcher J.P. Arencibia y el jardinero central Colby Rasmus complementan la ofensiva.
--Dickey, Brandon Morrow, Buehrle y Johnson componen la rotación, en la que la noticia inesperada fue la decisión de enviar a las menores a Ricky Romero, un zurdo que recién en 2011 había sido seleccionado para el Juego de Estrellas. J. A. Happ quedó como el quinto abridor.
--El bullpen tiene a Casey Janssen (22 rescates en 25 oportunidades), con Sergio Santos como preparador.
La euforia por el equipo es palpable: las entradas para el primer juego de la campaña se vendieron en un instante. Y la tercera racha vigente más prolongada sin ir a los playoffs parece a punto de llegar a su fin.
"Estoy impaciente para que esta temporada comience", dijo Bautista. "Si todos pueden hacer lo que son capaces, vamos a estar muy bien".
AP.