México, 6 mar (EFE).
- No hay silencio ni
distancia capaz de romper la fidelidad y el cariño que los lectores
profesan por el escritor colombiano Gabriel García Márquez,
quien miércoles cumplió 86 años en México, su hogar durante media vida.
"El hecho mismo de que ya no escriba apenas y toca
o modifica la importancia y el cariño que siento que en general se le
tiene", dijo a Efe el escritor mexicano Ignacio Padilla.
El nobel de literatura 1982 no participa ya en
actos públicos y vive prácticamente retirado del mundo, apartado de los
reflectores, pero muy presente entre otros escritores y, sobre todo, en
el corazón de sus lectores, su conquista definitiva.
Hoy hizo una excepción y sonriente, ataviado con
un traje gris oxford, corbata de rayas y camisa rosa, salió hacia el
mediodía al portón de su residencia, ubicada en el exclusivo barrio del
Pedregal de San Ángel, a recibir un ramo de rosas amarillas, su color
favorito.
Allí García Márquez (Aracataca, 1927), auténtico
referente vivo de la literatura en español, se dijo "muy contento" de
celebrar su 86 aniversario en compañía de familiares y amigos cercanos, y
escuchó cómo le cantaban "Las Mañanitas", una tradición en México con
los cumpleañeros.
Gabo es "sin duda alguna el escritor, el contador
de historias más importante junto con Borges del siglo XX
latinoamericano, y me atrevería a decir que de la lengua española en
general", señaló Padilla.
Este autor mexicano interpreta el silencio en que
se ha instalado el autor de "Cien años de soledad" (1967) y "El amor en
los tiempos del cólera" (1985) como algo que no afecta un ápice a la
devoción que por sus libros sienten sus lectores en todo el mundo.
"No siento que haya un impacto significativo en
nuestra manera de leerlo y en nuestra manera de quererlo. En ocasiones
es incluso preferible que los escritores no escriban, sobre todo cuando
ya han dicho de manera inmejorable lo que tenían que decir", aseveró.
Es "importante que los lectores aprendamos a
permitirle al humano que hay detrás del poeta, que guarde silencio y se
refugie en su intimidad para hacer lo que le dé la gana", añadió.
El escritor colombiano llegó a México en 1961 y
hoy vive en el sur de la capital mexicana junto a su mujer, Mercedes
Barcha, y sus más cercanos, sin prodigarse en actos sociales o
culturales.
"García Márquez ya se ha ganado el silencio que en
este momento está ejerciendo. Con frecuencia terminamos por lamentar la
insistencia, la mansedumbre con que otros grandes escritores han cedido
a la tentación y a la presión de lectores y editores por seguir
escribiendo cuando ya no tienen nada que decir", insistió.
Padilla cree que la obra de García Márquez está
completa, que ya no habrá más libros suyos y en lo personal se queda
"con el deseo, la curiosidad y la ilusión de (leer) la segunda y tercera
partes de su biografía".
"Creo, sin embargo, que ha hecho bien en no publicarlas y me parece que es el momento de remirar lo ya hecho", agregó.
El también escritor mexicano Ignacio Solares,
quien frecuentó a García Márquez en sus visitas a la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), está convencido que con todo y su
silencio el autor de "El otoño del patriarca" (1975) es "el escritor
vivo más importante en lengua española".
Solares piensa que Gabo, como le conocen los que le quieren, ya no necesita publicar nada más.
"Un buen escritor está más cerca de la gente a
través de los libros que con su persona. Entonces García Márquez es una
gente que, cada vez que abres un libro de él, estás con él. Entonces lo
que necesita es más lectores todavía", aseguró.
"Lo que tenía que hacer ya lo hizo y lo que hay
que hacer ahora es leerlo y releerlo, y agradecerle todo lo que nos
dio", añadió Solares, quien siempre ha considerado "un lujo su plática,
sus comentarios de literatura, de política, de lo que fuera".
Para la directora de la Feria Internacional del
Libro de Guadalajara (FIL), Nubia Macías, no hay duda de que García
Márquez "es un clásico vivo" al que en su 86 cumpleaños le desea que sus
lectores "lo sigamos teniendo muchos años con gran calidad de vida".
"Gabriel García Márquez consiguió con su obra
poner la literatura latinoamericana en el orbe, que el mundo volteara
sus ojos a esta parte del mundo que hasta antes de los sesenta no se les
consideraba ni se les daba el peso que se merecían, salvo algunas
excepciones", apuntó en declaraciones a Efe.
Recordó que con el nobel de literatura colombiano "se abrió una veta riquísima que no para entre seguidores y desertores". EFE