Podemos sentirnos orgullosos como latinoamericanos porque hemos tenido hombres y mujeres que han mostrado sus mejores dotes a favor de las grandes mayorías de cada país. En cada tiempo, etapa, generación o siglo, hemos tenido esos seres humanos que han brillado, o siguen brillando y que han sido la bujía inspiradora, el bastión y la dignidad de los pueblos del Caribe, Centro y Sur América.
A finales del siglo pasado nació la figura del Presidente venezolano, comandante Hugo Chávez Frías y murió en este nuevo siglo. Un hombre controversial, gran ser humano, ciudadano, digno, justo, valiente, cristiano y sobre todo orgulloso de ser venezolano y bolivariano.
Es un hombre que levantó pasiones y que así como tendrá muchos seguidores, tuvo y tiene aún luego de su muerte, muchos y muchas que no le perdonan ni le perdonaran nunca que llevara a Venezuela la Revolución Bolivariana. No le perdonaran en su mayoría, aquellos que pertenecen a la clase burguesa de Venezuela que tenían, en su mayoría, el pensamiento atrasado y para los cuales el progreso de ese país de América del Sur, solamente debía llegar a las grandes empresas, corporaciones internas y externas, la clase privilegiada y política, pero que nada le pudiera llegar a las grandes mayorías.
Esto es la típica tarea de esas democracias que nos han vendido a los Latinoamericanos, previo a la llegada de los gobiernos liberales, a partir de los finales de los años noventa, sobre la fisonomía o utopía de la “democracia representativa”, la cual difiere en las acciones y en los hechos.
Esos grupos que pertenecían a los dos grandes partidos del ADECO Y EL COPEY, que permanecieron durante parte del siglo pasado intercambiándose el poder venezolano, conllevándose entre ellos, una especie de CONCHUNPANCIA, como la definió Rafael Caldera, en la que ambos partidos políticos, aún siendo contrarios en el papel, no lo eran en sus acciones delictivas en contra del erario público del Estado venezolano y hacer riquezas con los petrodólares de PVDSA, .
Por ende, estos grupos opositores nunca le perdonarían ni aceptarían un gobierno chavista, porque le quitaron de golpe y porrazo, la “teta de la vaca de los dólares y riquezas que estos producían”, que usaban de forma particular y para enriquecer las arcas de sus miembros y los que hacían posible su permanencia política y que a la vez era compartido con los EEUU.
No podían ciertos grupos empresariales enquistados en Consejos, Asociaciones y Federaciones, así como grupos de medios de comunicación que manejaban cierta parte de la prensa en desfavor del pueblo venezolano. Igual como lo han hecho, para confundir y confabularse en contra de todo movimiento social provocado por el fenecido líder Hugo Chávez Frías y los demás países de América del Sur, que han acogido gobiernos liberales.
El ido a destiempo Presidente Hugo Chávez Frías, logró mostrarle al mundo lo siguiente: a) Le dio, no sólo a Venezuela, la esperanza y la realidad, de que era posible una revolución social, política y económica en pleno final de siglo XX e inicios del actual; b) Le enseñó, no sólo a los venezolanos y venezolanos, sino al mundo, el valor de una Constitución como Ley de leyes; c) Le recordó, no sólo a los venezolanos y venezolanas, el valor de la Patria y el rescate de sus líderes y patriotas; d) Le pudo rescatar del olvido en que lo tenían los grupos enquistados en el poder, la figura de Simón Bolívar, dando el mensaje a todo el resto del mundo, lo importante que resulta no tener a nuestros héroes como semidioses, sino como hombres y mujeres que podemos emular; e) Nos mostró que era posible defender la soberanía de cada país y hacer que otros países de gran potencial económico, así como las grandes corporaciones extranjeras, respetaran, sin que se perjudicara el bien y dominio público; f) Le mostró no sólo a los nacidos en la tierra de Bolívar y al mundo que era posible desde el poder, ser honesto, transparente, llevar las palabras a los hechos; g) Le mostró a los venezolanos y venezolanas y al mundo que la mayor expresión del ser humano, que es la solidaridad, podía ser ejercida desde el poder y brindarla a todo los pueblos del mundo, sin importar la ideología política; h) Le mostró a los venezolanos y venezolanas y al mundo, el rescate de la Cuenca del Orinoco, rica en Petróleo para comercializar y lo nacionalizó para que las riquezas fueran para el pueblo de Bolívar; zona que había sido “descartada” por EEUU, sin embargo, ellos tenían la hegemonía sobre esa zona y no el pueblo venezolano. i) Le mostró a la oposición que tanto le adversó hasta la muerte y más allá, que se podía disentir de manera decente y con las mismas reglas de juego de la democracia, con las cuales les ganó todas las contiendas electorales y plebiscitos en que participó.
Nuestra América Latina y el Caribe tenían un solo pueblo y país que previo a la llegada de Chávez, llevaba la bandera de la dignidad y la resistencia, ese era el de Cuba. Sus ideas fueron asumidas por los distintos países latinoamericanos que bajo la bandera de la corriente del liberalismo, hoy están llevando con aciertos y desaciertos y con oposiciones férreas y atrasadas, que el poder puede ser entregado a favor de las grandes mayorías, donde prime el respeto a la soberanía, el orden establecido y que el elemento humano y dignidad sea primordial. En fin, cumplió como el mismo lo definió en una oportunidad y cito: “Lo que debemos cambiar no es la superficie, sino al ser humano”.
Mientras veía y escuchaba una de las tantas transmisiones sobre el sepelio del comandante Presidente Hugo Chávez Frías, una multitud vociferaba esta consigna, de tantas, pero la misma me llamó la atención y cito: “Chávez no murió se multiplicó”; y creo que al igual como hicieron otros tantos revolucionarios, revolucionarias, luchadoras y luchadoras, como: el Che, Fidel, Sandino, Mercedes Sosa, las Hermanas Mirabal, las madres de la Plaza de Mayo; él fue capaz de mostrar que sus ideas eran posibles y a la vez vivir y luchar por la paz de los pueblos y sobre todo de la unidad de los pueblos oprimidos del mundo.
Muchas veces el Todopoderoso, tiene en su tiempo y espacio, la posibilidad de mostrarnos, hombres y mujeres que cumplan con Su Mensaje, que no es otro que el ser justo, bondadoso, misericordioso, solidario, que sea íntegro y que piense no solamente en si mismo, sino en todos en los que puede incidir. Nos regaló al comandante Hugo Chávez Frías, para que no sólo fuera un ciudadano de la tierra de Bolívar, sino un soldado y hombre del mundo.
Lic. Jordi Veras.