Para el mes de diciembre del año 2012, escribí un artículo con el título: “Junto a Francina y su familia”, en el mismo establecí lo siguiente: “Tan pronto conocí del infausto hecho ocurrido a la joven ingeniera Francina Hungría, en el que unos delincuentes, para robarle el vehículo alquilado en el andaba y así huir de la persecución de que eran objeto, le dispararon a la cara ocasionándole graves secuelas en la visión; porque perdió el ojo derecho y en peligro el otro. Me llegó como si fuera una película o una mala segunda parte; como si estuviera reviviendo todo lo que había ocurrido aquel miércoles 2 de junio del 2010.”
“Desde un inicio hice los aprestos para comunicarme con ella y su madre, simplemente para expresarle mi solidaridad por el hecho ocurrido y en el que ella fue una ciudadana objeto de esa delincuencia que cada día se organiza más y no tiene límites, con tal de alcanzar sus maléficos objetivos. Leyendo una de las declaraciones dadas por ella, en la prensa, Francina expresaba: “siempre veía las cosas de la delincuencia y lo que pasaba, pero nunca pensé que me tocaría.”
“Estamos viviendo en un país que requiere que los dominicanos y dominicanas buenas, no se hagan indiferentes, ni muestren temor ante la delincuencia y el crimen organizado; al contrario, que realicemos un compromiso entre gobernantes y gobernados, desde el chiripero hasta el más alto comerciante, empresario, o industrial, o funcionario alto del Estado; a los fines de tomar medidas preventivas de seguridad mayores que las que hoy tenemos.”
Continúo citando el artículo indicado: “La visita que le cursé a Francina, fue de mucho bien para ella y creo que mucho más para mí; porque me sigue demostrando que tenemos esperanza; porque existen más dominicanos y dominicanas de buen corazón, fuertes y valientes que están decididos a seguir adelante, no importando las condiciones ni las circunstancias y dispuestos; tomando como base la justicia y el orden de enfrentar a la delincuencia y el crimen organizado y no en las mismas condiciones y formas en que ellos nos agreden a nosotros.”
He querido aprovechar recordar este escrito, a propósito de una situación que está atravesando la joven Francina Hungría y su familia, respecto a varias cirugías que será preciso hacerle para la cuenca de sus ojos, del maxilar y de la retina.
Ella y su familia está requiriendo más solidaridad de la que ha recibido, que ha sido mucha, pero necesita que todos los dominicanos y dominicanas de buen corazón puedan aportar lo que tengan, para que pueda reunir la cantidad en dólares, a fin de hacer una realidad las operaciones que requiere para mantener su salud y todo el dolor que debe estar soportando por no llevarlas a cabo.
Aquel o aquella que pueda donar algo de lo que tiene, no lo que le sobra, puede depositar en la cuenta del Banco Popular No.739784411, será para cubrir las operaciones de la retina, maxilofacial y reconstrucción orbital (cuenca de los ojos). No es costumbre nuestra realizar o llevar a cabo estas acciones, sin embargo, hay que ser poco sensible, viendo esta situación y hacerse el indiferente. Asimismo, el haber pasado por lo mismo; saber lo que supone los grandes gastos que debes asumir en operaciones, viajes, estadía y todo lo que conlleva los aspectos de salud, cuando no tienes seguro de salud o no tienes con qué asumir un problema o dificultad de salud.
Sólo hay que haber pasado por eso o tener un familiar, amigo o amiga, en situaciones de calamidad; estando a expensas de los gastos médicos o para mantener o recuperar tu salud; para estar consciente de lo que supone no tener nada a mano cuando alguien requiere de alguna suma de dinero para hacerle frente a un padecimiento de salud. En el caso de Francina y su familia, no buscaron que delincuentes le troncharan su vida personal y familiar; hoy están buscando un poco más de solidaridad del pueblo dominicano y les invito, a los que puedan, donar lo que tienen a favor de Francina, su salud y la tranquilidad de su familia.
Lic. Jordi Veras.