El día 19 de marzo no sólo será recordada por los dominicanos y dominicanas de buen sentir, por la fecha de una batalla gloriosa que fue la primera defensa de la independencia nacional, efectuada en Azua de Compostela, el 19 de marzo del año 1844, con Pedro Santana a la cabeza y Antonio Duvergé; sino que será de mucho regocijo, en el que sin utilizar armas pero si estrategias, corazón, valor patrio, amor, decisión, orgullo y respeto por la soberanía; lograron poner en alto el nombre del país y alzar la voz a nivel mundial de todos los dominicanos y dominicanas, cuando salieron victoriosos en el Clásico Mundial de Beisbol ante Puerto Rico.
Esos que se enfundaron el uniforme tricolor para representar a nuestro país desde inicios del mes y dedicaron día tras día durante casi tres semanas, merecen ser reconocidos por todos y todas. Cuando muchos y muchas no tenían la confianza de que pudieran hacer un papel tan decoroso como el que al final resultó ser, con un invicto de 8 victorias; fruto de las últimas actuaciones en los dos eventos anteriores en el que fuimos vencidos, no solamente por Holanda, sino que fuera del terreno hubieron quienes no tomaron con la seriedad debida un compromiso de tal envergadura.
Este ejemplo que mostraron estos hombres que se entregaron y dieron el sí para participar por su país en este Clásico del cual hemos salido como los mejores, no sólo porque ganamos, sino cómo ganamos. Esta hazaña debe ser una muestra para muchos otros y otras, en el ámbito de la sociedad, que viven con un pesimismo ante las ejecutorias que llevamos como nación y hasta como individuos. Debe ser una muestra de lo importante que resulta resaltar y mantener en el alto la soberanía y el amor por la patria, principalmente en aquellos y aquellas que ostenta cargos públicos y que se suponen representan los intereses comunes de la nación pero que en hechos terminan haciéndolo a favor de intereses de transnacionales, emporios económicos o politiqueros.
Estos peloteros que más que nombres tuvieron un fin y un propósito a favor de la colectividad, más que del bien particular y lo concretaron. Nos hicieron gozar y llenar de júbilo y orgullo, como hacía tiempo no sentíamos y llegó en el momento en que Dios lo dispuso, en una misma fecha patria y de situaciones en las cuales se pone en juego el respecto a la soberanía nacional.
Esta hazaña debe servir como ejemplo y muestra para quienes anteponen sus intereses privados y particulares ante los intereses de la nación. Es un ejemplo incluso desde el punto de vista deportivo, para aquellas novenas que tan sólo ven en el beisbol el aspecto mercurial y nos indica que siempre que existe un buen objetivo y noble, es posible formar desde una gerencia preocupada, un equipo que sea el reflejo de las exigencias de quienes esperan y merecen lo mejor.
Este gran equipo dominicano del Clásico Mundial, integrado entre otros, por su Gerente, Moisés Alou, quien ha demostrado que desde un puesto de esta naturaleza es posible lograr los objetivos para bien de una fanaticada y de un pueblo. Nuestro entrenador, Tony Peña, quien con su dirección, sapiensa y corazón, pudo dirigir la nave dominicana a puerto feliz.
Los hombres que jugaron como niños y muchachos: Miguel Tejada, Carlos Santana, Leury García, Francisco Peña, José Reyes, Hamley Ramírez, Robinson Canó, Edwin Encarnación, Eric Aybar, Moisés Sierra, Alejandro de Aza, Nelson Cruz, Fernando Rodney, Samuel Deduno, entre otros; fueron los que dieron con su entrega y participación, el sí por su paí y quedarán por siempre en los corazones y en la mente, de todos los dominicanos y dominicanas, y nos han brindado con su flecha y el poder del plátano, que es posible hacer un papel de orgullo por tu país desde cualquier ámbito y terreno.
Que no existe rol insignificante y sin importancia cuando se está representando a la nación.
Gracias dignos representantes y mejores embajadores de nuestro país en playas extranjeras y nueva vez logran exaltar la honra y el orgullo de nuestro suelo patrio. A la vez servir de ejemplo, no solamente para el plano del beisbol, sino que sirva como parámetro para quienes no tienen el mismo amor y corazón, reflejado en sus acciones, por este gran país.
Lic. Jordi Veras.