Excelente trompetista, más que trompetista, arreglista, pero sobre todo el responsable del color musical de la agrupación Milly, Jocelyn & Los Vecinos.
Tanto Milly como Jocelyn, quienes lideraban la agrupación, fueron parte importante de la historia del merengue en New York, y le dieron un sitial de primer orden como parte integral de nuestra música en el extranjero.
Rafael es talentosísimo músico nuestro y arregló de todos los éxitos de la agrupación por espacio de 20 años más o menos, como: La Guacherna, Amanecemos Parrandeando, Tengo, Díselo, Llegó la Madrugada, Tengo un Negro, Juanita, y muchísimos más.
Su importancia, más allá del rol de arreglista, es por crear un estilo específico para esta agrupación. Uno de los retos más difíciles de un orquestador, crear un estilo que pueda identificar a determinado grupo musical, por ejemplo: la Orquesta Internacional de Ramón Orlando, El Gran Combo y Félix del Rosario.
En realidad, Rafael no ha sido valorado en la historia musical
dominicana, como si lo han sido otros arreglistas de nuestro ámbito musical.
Como trompetista, alcanza la excelencia, un hermoso sonido, con expresión, y de técnica muy buena. De corazón creo que este grandioso músico auto limitó sin querer su propia carrera para no dejar a sus hermanas solas, expuestas a problemas con algún otro director ajeno a su ciclo familiar. No obstante, hizo historia con su talento.
Luego, la orquesta toma definitivamente otro curso al salir de la agrupación Jocelyn, parte vital de esta agrupación, pero su vida personal le hizo tomar otro sendero.
Rafael Quezada, músico de preparación muy sólida, pero su trayectoria musical como arreglista y trompetista no traspasó otros linderos como profesional porque prefirió permanecer como director del grupo de sus hermanas, donde era primer trompeta y arreglista principal. Nunca participó con otras orquestas.
Al retorno al medio de la merenguera Milly Quezada, empezaron a trabajarle otros arreglistas, ya no se adornó solo del color de Rafael Quezada, sustituido en casi su totalidad por otros orquestadores, que cambiaron la historia de la agrupación en un antes y después de la reinserción de la trascendental merenguera.
Rafaelito Quezada se ganó el aprecio y respeto de numerosos músicos, quienes valorizaron su calidad y el estilo con que invistió a esta agrupación.
Proclamo mi respeto y admiración eterna a este gran músico nuestro y excepcional ser humano, él merece un lugar de respeto. Rafael Quezada, trompetista y arreglista, es orgullo de la historia de nuestra música
popular!!
Por Juan Colón.