Todo aquel que decide aceptar el compromiso de predicar y practicar la paternidad responsable, está en la obligación de enfrentar las circunstancias, sin importar la ocasión hostil que se le presente.
Para mi no ha sido fácil moverme ante la desgracia que llegó al seno de mi familia el 2 de junio de 2010, fecha fatídica cuando mi hijo Jordi Veras, fue objeto de una tentativa de asesinato, que culminó con la pérdida total de la visión de su ojo derecho, y lesiones en distintas partes del cuerpo.
Ante la acción criminal contra mi hijo, la vida me puso en un dilema: aceptar tranquilamente el hecho criminal, limitándome a lamentarlo; adoptar una posición pasiva ante la investigación policial y judicial, o involucrarme en todo lo relacionado con el expediente hasta que se dicte una sentencia irrevocable que sancione a los culpables, para que paguen el daño causado a la sociedad dominicana decente, y lleve alivio al dolor que les han causado a Jordi y a todos sus seres queridos.
En vista de la disyuntiva me decidí por aceptar el desafío de la criminalidad, e intervenir en el asunto hasta el final, sin escatimar esfuerzos, enfrentando todo lo que esté de por medio en el proceso judicial, y que procure impunidad en favor de los asesinos que se asociaron para matar a mi hijo Jordi.
Desde el mismo instante que ocurrió el atentado criminal contra Jordi, he dicho, y lo reitero, que confío en el material humano que administra justicia en Santiago. Hasta ahora mi confianza no ha sido defraudada.
Lo mejor del pueblo dominicano ha comprendido el mensaje que le he mandado en el sentido de que el Caso Jordi, es el de todos los padres y madres que no quieren que la criminalidad les llene sus hogares de sufrimiento, angustia y llanto.
El crimen organizado en la modalidad de sicariato debe recibir, con el caso Jordi, una condena y advertencia para que sepa que en nuestro país, los hombres y mujeres de bien, las familias formadas en el trabajo, la honradez y el buen comportamiento, merecen el respeto de los demás miembros de la sociedad, y la garantía de las instituciones encargadas de velar por la tranquilidad y seguridad ciudadanas.
Luego de la decisión del tribunal de instrucción enviando a la jurisdicción de juicio a la asociación de criminales del Caso Jordi, ahora estamos en espera de la fijación de la audiencia. De nuestra parte seguiremos en estado de alerta permanentemente para que la ley, el derecho y el largo brazo de la justicia alcance a todos y a cada uno de los que quisieron asesinar a Jordi, y le han sellado lesiones permanentes en su cuerpo, y han llenado de sufrimiento, angustia y pesar a toda nuestra familia.
Autor: Ramón Antonio Negro Veras.