Julio Vasquez.

Radio Renacer

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viernes, 30 de marzo de 2012

«El Papa no va a poder hacer en un día lo que los cubanos no han podido hacer en 50 años»

El arzobispo de Miami, Mons. Thomas Wenski, afirmó ayer que el legado que dejó Benedicto XVI a Cuba es una Iglesia «quizás con más confianza» y un pueblo «más reconciliado», que puede emprender el camino hacia un «futuro de esperanza». Mons. Wenski aseguró en una conferencia de prensa al regresar de Cuba que la iglesia está tratando de ayudar al pueblo cubano a adquirir los valores necesarios para ese futuro.


(EP) "El Papa no va a poder hacer en un día lo que los cubanos no han podido hacer en 50 años", enfatizó el azobispo en referencia a una posible transición democrática. Por ello, agregó, el pontífice también habló durante su visita de paciencia, de valores morales, de la reconciliación y del respeto mutuo.

El religioso, que encabezó una peregrinación de más de 300 personas de EE.UU., consideró que los cubanos vivieron "una primavera de fe" con la presencia del Papa, que coincidió con el Año Jubilar 2012 para festejar el IV Centenario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, la patrona de Cuba.

Con respecto a las críticas del exilio cubano a que Benedicto XVI no se reuniera con las Damas de Blanco y otros disidentes, pero sí con los hermanos Castro, aseveró que el Santo Padre tiene pleno conocimiento de las "preocupaciones" de la oposición interna.

"Hace un mes las Damas de Blanco fueron recibidas por el Nuncio en La Habana, y elNuncio es el representante del papa. Ellas presentaron una lista de sus preocupaciones (...). Estoy seguro que el Papa, a través de él, está muy al tanto de esas preocupaciones y de lo que ellas necesitaban decirle", subrayó.

Destacó que cuando se analizan los comentarios del Pontífice en las dos homilías que ofició, "creo que él se dirigió a muchas de esas preocupaciones, así como trató las preocupaciones de todos los cubanos, especialmente cuando dijo que Cuba es el hogar para todos los cubanos".

También aclaró que la Iglesia no prohibió la entrada a las misas que oficiaron, tanto el Papa como él, en Santiago y en La Habana.

"Hay que recordar que no fue la Iglesia la que prohibió la entrada de nadie. Tengo entendido que en mi misa del miércoles había disidentes que estaban presentes porque las puertas estaban abiertas", dijo el arzobispo.

El religioso se refirió a las duras palabras que pronunció en esa misa en la catedral de La Habana y que fueron acogidas con júbilo por algunos exiliados cubanos del sur de Florida.

"Diría que no dicen nada más que lo que estaba diciendo el Papa y los obispos cubanos, o sea, que las palabras mías estaban muy en sintonía con las palabras y pensamientos" de ellos, expresó.

Mons. Wenski criticó el comunismo durante esa misa al manifestar que el materialismo ideológico representado "en este país y en aquellos del bloque soviético", negó la transcendencia del ser humano.

"Como el Papa comentó en su vuelo a México, el marxismo es una ideología ya desgastada (...). A la vez que Cuba espera una transición, el Papa y la Iglesia cubana quieren una transición que sea digna del ser humano, digna del cubano", dijo el arzobispo en la misa, según el discurso divulgado por la Archidiócesis de Miami.

Al ser preguntado sobre qué le hubiera dicho a Fidel Castro si se hubiera reunido con él, comentó que "ante la presencia del Santo Padre le hubiera dicho que oiga bien lo que dice el Santo Padre".

El arzobispo se manifestó confiado en que la visita del pontífice "rendirá frutos y (éstos) serán importantes".

"Me gustaría ver lo que el Papa estaba diciendo: que nos moviéramos hacia una Cuba donde sus ciudadanos están reconciliados entre ellos, donde la gente tiene la posibilidad un futuro dentro de su propia patria", agregó.