Para empezar este día te ofrezco un breve poema. Te ayudará a dejar en
manos del Señor toda turbación, porque Él te anima a abrir el corazón a
su infinito amor. La llave de la paz interior es la confianza en Dios,
“como un niño en los brazos de su madre”. La musicalidad del himno
parece una invitación a reposar en los brazos divinos…
“Cantemos
al Señor con indecible gozo, Él guarde la esperanza de nuestro corazón,
dejemos la inquietud posar entre Sus manos, abramos nuestro espíritu a
Su infinito amor.
Dichoso será aquel que siempre en Él confía
en horas angustiosas de lucha y de aflicción, confíen en el Señor si
están atribulados, abramos nuestro espíritu a Su infinito amor.
Envíanos,
Señor, tu luz esplendorosa si el alma se acongoja en lucha y aflicción,
qué luz, qué dulce paz en Dios el hombre encuentra; abramos nuestro
espíritu a su infinito amor.”
Como las canciones, este poema
es para repetirlo varias veces hasta que poco a poco interiorices los
sentimientos que lo impregnan. Tiene un efecto sedante: ensancha el
corazón y descansa la mente… y, si hay en ti alguna tiniebla, se disipa
al entrar la luz del amor infinito. (Padre Natalio).
Hay una
hermosa oración de Víctor Fernández, muy apta para estos tiempos que
vivimos, dominados por las ansiedades, inquietudes y preocupaciones por
cosas que no son de verdad trascendentes y que nos pueden hacer perder
de vista el objetivo realmente importante, que es el de llegar a Jesús a
través de nuestros hermanos. Dice así:
“Dios mío, mira mis
nerviosismos, mi inquietud interior y pacifícame, Señor, calma mi
corazón perturbado, derrama en él tu paz divina. No dejes que me llene
de ansiedades y obsesiones, porque nada de este mundo vale tanto, nada
es divino. Jesús, cura mi ansiedad con tu mirada paciente. Ayúdame a
luchar con paz y gozo, caminando firme, sereno, sin prisas. Quiero
trabajar bajo tu luz, sabiendo que comprendes mis errores y que siempre
puedo empezar de nuevo. Porque tú tienes confianza en mí, me esperas, y
deseas que viva sanamente. Contigo todo será para bien, aunque yo no
pueda verlo. Aplaca mi interior inquieto, seréname y pacifícame. Amén”
(Pequeñas Semillitas)
Todo estará bien, el Señor nos dice
hoy... Dichoso el hombre que confía plenamente en la promesa de mi Padre
... Sin sentir temor ante las pruebas ... Ante las enfermedades ...
Ante la oscuridad ... Porque ese hombre que confía ...jamás la oscuridad
podrá apagar su luz ... Y la paz le acompañará siempre para estar
fortalecido... Y sentirse confiado de que pase lo pase... Todo estará
bien… (Emerson Fernández).
Bendiciones y paz.
sábado, 13 de abril de 2013
Todo estará bien
8:07 p. m.
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