Para el mes de noviembre del año 2011 escribí un artículo en dos partes con el título “Experiencia en el Ayuntamiento”, en ese escrito di a conocer mi experiencia y mi odisea tratando de resolver un problema común para unas seis urbanizaciones basado en un parque y cómo perdí el soberano tiempo en esta acción.
He traído esto último a colación, porque en esa ocasión como ahora lo único que siempre me ha motivado cuando hacemos una crítica, sugerencia o una denuncia, a cualquier administración edilicia que ha pasado por Santiago, no nos mueve, más allá que el interés colectivo y la preocupación como ciudadano que puede tener alguien que le duele donde ha nacido, crecido y se ha desarrollado.
Por esto último indico que nunca, ni ahora ni antes, me ha movido ni he visto en una preocupación que externó por algo que afecta a Santiago de los Caballeros, es pensando que tengo algo personal contra nadie.
Es por lo indicado más arriba, en esa oportunidad, terminaba mi escrito, haciendo la siguiente exhortación y cito: “Ojalá que todo esto sea recibido para corregir errores, como hacen los sabios y no como los insensatos y necios, que todo lo ven en función de críticas negativas y de ataques y no lo asumen para crecer como seres humanos y como funcionarios”. “Agradezco de antemano, la buena voluntad que tuvo el actual alcalde para con la intención desinteresada de mi parte, de acuerdo a lo que me indicó el Ing. Angel Acosta, así como para éste último”.
Estaba motivando para que en esa situación que indicaba y en todo, el funcionario que le correspondía, corrigiera su actitud al actuar como lo hizo y a la vez, buscaba que cosas como esta no siguieran ocurriendo, no para afectación del funcionario, sino para beneficio de una zona del Municipio.
He querido escribir el presente artículo motivado por una preocupación como ciudadano y munícipe nueva vez, pero no ya de un área en particular de nuestra hidalga, sino de lo que estoy percibiendo, viendo y palpando en todo el entorno de la misma. Veo una ciudad que luce abandonada, sucia, llena de hoyos por doquier (fuera de las avenidas que en principio suponen sean reparadas por el Gobierno Central), contaminación ambiental, entre otros.
Se nota una especie de desorden para resolver los principales problemas, sin entrar en la consideración de la organización del tránsito, que todo se ha dejado en manos de los agentes del Amet, los cuales con el poco personal que poseen, no pueden hacerle frente a tal caos. Sin embargo, lo peor de todo esto no es solamente lo que he narrado, sino que la actitud que he visto en el alcalde Serrulle, no es la adecuada ante las críticas que le manifiestan, ojalá no se adopte lo mismo ante lo que enuncio, que no es más que como dije más arriba, una preocupación de un munícipe que le duele ver como se encuentra y se ve Santiago.
No se puede obviar las obras e infraestructuras que ha realizado la actual Administración, sin embargo, es como si se hubiesen olvidado de las ejecutorias cotidianas, pequeñas y que son importantes también para la generalidad de los munícipes, que no necesariamente conllevan obras donde se remueven tierra y cemento, como las que he mencionado más arriba.
Me llama la atención que en momentos de la Semana Santa y a propósito de una crítica que le había hecho Medio Ambiente supuestamente basada en una denuncia a su vez de la Sociedad Ecológica del Cibao, de que estaba sacando más material del otrora río Yaque del Norte y que estaba supuestamente afectando sus cuencas. Asimismo, de todas estas informaciones se había hecho eco un diario matutino que circula a nivel nacional, específicamente el Caribe, a lo que el alcalde respondió. “que todo el que le hacía críticas en este sentido, es enemigo de su gestión y del pueblo”.
Entiendo que el alcalde Gilberto Serrulle, debe recordar algo, que él ejerce una función pública electiva y que como tal, puede ser cuestionado por cualquier persona o entidad, siempre que se haga con respeto y con las pruebas de lugar, porque lo que maneja y administra son fondos públicos y del bien común. Mal hace el indicado funcionario, enojarse o molestarse o alegar que todo o toda aquella que le hace críticas a su gestión, sea enemigo suyo o de su gestión.
Debe recordar que precisamente antes y ya siendo candidato, él se nutría de muchas instituciones y medios de comunicación y de los munícipes que de buena voluntad, hacían denuncias y críticas válidas en contra de quien fuera en ese momento, el síndico José Enrique Sued y de todo esto sacó provecho político y estoy seguro que los que en ese momento, personas físicas o instituciones y medios, que realizaban esas denuncias diversas, no lo hacían porque tuvieren un compromiso político o económico en contra del entonces síndico, sino, que habían también dentro de estas críticas quienes la realizaban porque los movía el interés municipal o la preocupación, y no necesariamente los motivos personales contra un funcionario determinado o por politiquería.
Como estoy seguro que sucede ahora, existirán quienes le expresaran al alcalde cosas por motivos sin justificación o movidos por intereses partidarios o de mala fe, pero esos no son todos ni todas, la mayoría lo que busca es hacerle ver o entender lo que no está bien.
Debe recordar el actual alcalde que no se corresponde en un funcionario electo, que ofrezca vicios o rasgos de intolerancia, porque no se supone debe ser la manera de proceder. La mejor forma de enfrentar las críticas, es asumiéndolas y viendo que tan ciertas o reales son y haciéndolas caer de no estar acorde a la realidad. Ahora bien, debe analizar primero la veracidad o no de las mismas, porque si se entroniza en pensar que todo aquel que hace un comentario, denuncia o crítica sea por un artículo o por un medio de comunicación, será considerado un o una enemiga, entonces, no tendremos posibilidad de esperar que las cosas serán mejoradas basadas en las necesidades de la colectividad, sino de lo que entienda solamente la administración municipal.
Todo aquel que ejerce una función pública, lo primero que debe tener pendiente es que debe aprender a escuchar y no pensar que todo cuanto le dicen se hace con el vivo deseo de atacarlo a su persona o a su gestión.
Pienso que la actual administración debe buscar la forma de escuchar y no asumir que todo el que le hace señalamientos sobre situaciones que ocurren en el Municipio, sea de mala fe. Hay cosas que están a la vista y no necesitan tener mucho eco, porque son una realidad y lo importante es que acoja las críticas para mejorar, porque al fin y al cabo, lo que administra no es un bien privado, sino público.
martes, 16 de abril de 2013
Aprendamos a escuchar
9:39 a. m.
opinion
Lic. Jordi Veras.