Como ya es tradición, el señor Presidente de la República, es invitado
por el arzobispo de Santiago a un “Encuentro Almuerzo” con algunas
personalidades civiles y religiosas de la provincia de Santiago, y
algunos ministros del gobierno central. Se convierte este ameno
Encuentro en un verdadero espacio para estrecharse las manos,
fraternizar, y compartir pareceres.
Esta vez el Señor Arzobispo
de Santiago, Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio, en su homilía,
mientras oficiaba el Te Deum, y con la presencia del presidente Danilo
Medina Sánchez, nos ha pedido que la fiesta de la Batalla del 30 de
Marzo, acaecida en el año 1844, la aprovechemos para meditar, sobre
realidades que pretenden esclavizarnos y amenazan lo más digno de los
seres humanos: La libertad.
Podemos afirmar que Dios ha
creado al hombre en libertad, para que cada criatura le dé un buen uso,
pero es libre el ser humano que cumple con su deber y responsabilidad,
un mal usa de la libertad sería caer en el libertinaje.
Según San Agustín, la libertad consiste en la realización efectiva del bien, para alcanzar la beatitud.
Para Aristóteles, la libertad está ligada a la capacidad de decidir por sí mismo, y está ligada a la moral.
El
arzobispo metropolitano, abordaba con bastante acierto las batallas que
como pueblo tenemos que afrontar, si queremos evitar que esas formas de
opresión lo arrope todo, y termine disipando las luces de nuestras
libertades.
La primera batalla es la pobreza psicológica,
luego sigue, la batalla de la ignorancia, la violación impune de las
leyes, el narcotráfico, el tráfico y difusión indiscriminada de armas,
la batalla contra la corrupción, y por último la batalla contra la
esclavitud de la mujer.
Pero sería caer en un reduccionismo,
si esta tarea se la dejamos al presidente de la República; Mons. de la
Rosa, nos exhortaba que esas batallas hemos de liberarla todos los
dominicanos, empresarios, productores de riqueza, y la sociedad civil. O
sea, todos a una, con la fuerza de Dios.
Algunas voces
autorizadas, tienen el terrible temor que convirtamos a la República
Dominicana en un lugar inhabitable. El crimen esta siendo común. Si una
persona roba y mata, esto supone que el asesino, o no quiere trabajar
(pereza, y escoge el peor modo de adquirir dinero), o queriendo, no
aparece empleo para su sustento propio y el de su familia. Aquí el
empresariado dominicano y el estado, deben sentarse y crear nuevas
fuentes de empleo.
El dominicano teme salir de la casa a
ciertas horas de la noche, y hasta del día. Podemos decir que hay gente
que padece de delirio de persecución, enfermedad psicológica que se
expande, tristemente, en todo el país.
Urge una efectiva
protección a la mujer, sobre todo, cuando es maltratada física y
psicológicamente por el verdugo de su actual o ex pareja. Sugiero que
haya consultorios de psicología en los barrios y lugares de trabajo, hay
casos que se pueden evitar, es una pena que una madre se vaya a
destiempo porque un desarrapado, sin conciencia, se crea tener derecho
sobre la vida de su cónyuge.
Sin una educación efectiva, será
prácticamente imposible que avancemos en los siguientes valores: el
respeto al otro, la honestidad, el sentido solidario, y finalmente la
generosidad que brota de un corazón que ama.
viernes, 12 de abril de 2013
30 de Marzo, y las batallas que hemos de librar…
8:57 a. m.
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