Julio Vasquez.

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domingo, 14 de abril de 2013

La dominación haitiana: el antes y el después

La etapa de la dominación haitiana de territorio dominicano (1822-1844) es quizás  de las menos estudiadas de nuestra historia del siglo XIX; y por eso se le asimila con las anteriores, protagonizadas por L’Ouverture, Dessalines y Henry Cristophe, y en menor grado con la de  tormentosa convivencia que se vivió en las guerras dominico-haitianas del 1844-1856 y desde  la Restauración hasta la muerte de Heureaux.
En los años 1802 y 1805 los dominicanos dirigidos por Juan Barón se aliaron a los franceses para  rechazar a los haitianos encabezados por Dessalines y Henry Cristophe  quienes cometieron  genocidios con características de limpieza étnica,  en nombre de la consolidación de su independencia, eliminando la presencia del colonialismo francés ; lo que produjo gran conmoción entre los dominicanos,  que no habían vivido los horrores de las guerras de sus vecinos contra las potencias europeas y entre negros y los mulatos esclavizados encabezados  por Rigaud.
En cambio, Jean Pierre Boyer  con apoyo de mulatos liberales para la época, unió el Norte y el Sur de su país sin disparar un tiro; luego  tomó el poder el “Haití Español”  creado por Núñez de Cáceres dos meses antes a partir de una minoría de criollos de la capital, que no supo ganarse a las dos fuerzas sociales principales  de entonces;  los hateros y los esclavos y libertos, cuya libertad no logró eliminar o ratificar.
Boyer veía en la Parte del Este, de mayoría mulata, condiciones para establecer el equilibrio étnico en un Haití “unío e indivisible”.  Conforme a principios heredados de la Revolución Francesa, estableció un estado laico, el servicio militar obligatorio, liberalizo el comercio pero  restringió  la oposición en la Cámara de Diputados  y cierta prensa; mientras controlaba con la guardia nacional a las zonas rurales y al Congreso con sus parciales en el Senado.  Aunque estableció un código agrario, toleró la resistencia de los hateros a adaptarse a un sistema de registro de las tierras comuneras.  Además 20 años  de paz ayudaron al desarrollo de una pequeña burguesía nacionalista, entre los cuales descollaron  los Trinitarios
En el Haití de Boyer, que trató infructuosamente de convertir a los dominicanos en buenos ciudadanos haitianos, la tropa elegía a sus oficiales con algunas excepciones, y en su ejército aprendieron el arte de la guerra Duarte, Sánchez, Mella,  los hermanos Santana, los Alfau y los Puello.   Personajes como Bobadilla, Manuel Delmonte y muchos otros estuvieron a su servicio, particularmente en el primer decenio bajo el gobernador Borgella.  La elites dominicanas y haitianas eran de la masonería, cuna del liberalismo  de la época.  Al punto que cuando Mella viajó a Los Cayos a negociar la  participación de los Trinitarios al  movimiento de La  Reforma se  hospedó en la casa  de su amigo Borgella.
 La desaparición de las  plantaciones de trabajo forzado en beneficio del Estado, la deuda de 150 millones de francos por el  reconocimiento de su independencia de Francia y el terremoto  que en 1842 arrasó las ciudades haitianas, crearon las condiciones objetivas del nacionalismo  conducentes a la separación dominicana; la que se logró inicialmente  sin tener que disparar más que el trabucazo de Mella. Desgrotte  capituló pacíficamente  y sus familiares fueron ayudados a regresar a Haití salvos.

 Escrito por: TIRSO MEJÍA-RICART.