Julio Vasquez.

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lunes, 4 de febrero de 2013

Bedoya: "He acabado como si fuera un especialista en religión, aunque no lo soy"

He de reconocer que la entrevista que Periodista Digital le hace a Juan G. Bedoya, periodista de El País, me ha abierto mucho los ojos en relación a su condición de responsable de la información religiosa en el periódico más vendido de España. Y no he tenido que estrujarme el cerebro para ello. Basta con leer lo que dice:

En un momento determinado en El País la función de la información religiosa queda vacía. Yo vengo de coordinar las noches. Y me lo encargan a mí, que me sorprendió muchísimo que me encargaran religión. Mi única experiencia fue que había formado parte del a negociación en 1993 en la Conferencia Episcopal con Elías Yanes, aunque no se hizo lo que se comprometieron ante mí los obispos, que era auto-financiarse. El caso es que he acabado como si fuera un especialista en religión, aunque no lo soy.
Hay que reconocerle honestidad a don Juan. Admite que no es un especialista en religión. Y claro, ¿a quién acude para poder escribir sobre lo que no domina?:
Eso sí, cuando trato un tema habló con la gente que me puede aportar cosas, hablo con José Manuel Vidal o llamo a un teólogo. Pero yo de lo que de verdad sé es política, economía y cultura. Porque lo que más me gusta es la cultura, he sido profesor de Literatura, pero ahí estoy, de experto en religión.
O sea, como no sabe, pregunta a los que cree que sí saben. Y entre los que saben está el director de Religión Digital. Que ciertamente sabe mucho, pero todos sabemos “cómo lo sabe” y, sobre todo, “cómo lo cuenta”. Bedoya no dice el nombre de los teólogos a los que consulta, pero no creo ser muy malicioso si digo que uno de ellos será el ínclito Juan José Tamayo -al que menciona más abajo-. O alguno de su cuerda. Así no es de extrañar que salga lo que sale.
He dicho que Juan G. Bedoya es honesto al reconocer que no es especialista en religión. Ahora bien, esa honestidad no va acompañada de la misma coherencia. Porque si no se sabe de algo, lo mejor es que uno no hable mucho sobre ese algo. A menos que hable por boca de ganso. Y dudo que llegue a tanto su dependencia de Vidales y Tamayos.
El resto de la entrevista está llena de los típicos tópicos de la izquierda eclesial: Pablo VI metió la patita con la Humanae Vitae, Juan Pablo II fue muy malo, los obispos son muy carcas, los teólogos progres y las comunidades de base son muy buenas, etc. Eso sí, quizás alguno se sorprenda al leer a don Juan afirmando que el cardenal Rouco es muy listo. Tanto que supo embridar a Zapatero. No dice a cambio de qué, pero lo dice. Se ve que el antiroquismo histérico de una de las luminarias que le alumbra sobre cuestiones religiosas, no le impide ver la capacidad de trabajo e influencia del arzobispo de Madrid. Ahora bien si yo fuera el purpurado, estaría preocupado por semejante halago por parte del señor Bedoya.
En definitiva, todos sabemos que el lector habitual de El País no busca en sus páginas ni el Catecismo ni el Denzinger. Tampoco el análisis de la actualidad religiosa que pueda emanar de los programas de la Cope. Bedoya, escribiendo de religión, no es sino un adorno más de la línea editorial de ese periódico. Dado que su pluma es buena y fácil de leer, sirve perfectamente al fin para el que Prisa le quiere dentro. Si El País no le hubiera encontrado, tendría que haberse inventado uno como él. Aunque, quién sabe, quizás los responsables del “diario independiente de la mañana” lleguen algún día a la conclusión de que es mejor tener a Vidal como responsable de su información religiosa. Si Jesús Bastante trabajó para Público (*), ¿qué tendría de extraño que el director de RD lo haga para El País? Es preferible contar con quien sí sabe que con quien reconoce que su conocimiento es limitado. Aunque, ahora que no nos lee nadie, les diré que don Juan G. Bedoya sabe más de lo que dice saber. De doctrina, poco. Pero de relaciones institucionales entre la Iglesia en España y el Estado, no poco. Se lo dice uno que cada vez sabe más de una cosa y de la otra.
Luis Fernando Pérez Bustamante
(*) Lean ustedes como llegó el señor Bastante a la información religiosa. Lo cuenta él mismo en la última pregunta de esta entrevista.