La semana próxima pasada, escribí el artículo titulado “Bahía de Las Aguilas, No fue la Justicia. Impunidad y Fraude”; en el mismo hice un breve recuento de lo sucedido en este fraude al Estado y le indiqué entre otras cosas al gobierno y al Presidente Medina, lo siguiente y cito: “Esta acción anunciada el pasado 14 de febrero por el gobierno, es preocupante y desalentadora. Pienso que el actual Presidente Medina, que me luce un hombre sensato, sensible, con buenos deseos y voluntad, con un gobierno que hasta ahora, y muy a pesar de todos las cosas que se han dado luego de la imposición de la famosa Reforma Fiscal; aún así, su gobierno ha sabido mantener un alto porcentaje de acogida en las directrices que ha conllevado hasta ahora”.
“Por lo que resulta desde ese punto de vista político, más incomprensible la decisión adoptada frente al caso Bahía de las Aguilas”.
Asimismo, cito: “Creo que estando el caso en los tribunales, mal ha hecho el representante del Poder Ejecutivo, como Poder, en tratar de resolver un asunto que estaba pendiente de decisiones y de resoluciones en ese sentido y no querer imponerle al Poder Judicial, que como dije, no fue el culpable de lo que ha sucedido o el retardo mismo de dicho proceso, una decisión ejecutiva, basada en un acuerdo con la ilegalidad, la falta de institucionalidad y la desvergüenza”.
Las voces de diversos sectores y lo mejor del país, se aglutinaron en una sola voz, un solo interés; para expresarles a las autoridades que no estaban de acuerdo con dicho pacto o acuerdo, que era fruto del fraude y la corrupción y que de asumirse llevaría un terrible mensaje a las dominicanas y dominicanos de buen corazón.
Qué bueno que la decisión del Presidente Medina, ha sido la de rectificar y echar hacia atrás la decisión de llegar a un acuerdo con personas que no tenían ninguna calidad para exigir en Bahía de las Aguilas. A esta actitud y acción asumida por el mandatario, me recuerda la frase de Alexander Pope, que dice:”Errar de humanos es, perdonar es divino, rectificar de sabios es”.
Esto no le resta, señor Presidente, ni lo rebaja, ni le quita un pedazo de su cuerpo, al contrario, lo hace grande y lo hacer ver ante los ojos de los dominicanos y dominicanas, que usted, hasta ahora, es un ser humano, que escucha y toma decisiones sopesadas y basadas en el interés de su país. Y esto lo digo, no como lisonjas, porque no soy ni he sido formado en esas lides, sino que lo hago, basado en los hechos antes narrados y en la forma que acaba de actuar el mandatario.
Es más grande el ser humano o la institución que luego de analizar una medida adoptada o por adoptar, haya podido reflexionar y volver sobre su propia decisión.
Es bueno reseñar la Carta Pastoral de los Obispos, que con motivo de la Independencia Nacional y la Celebración del Bicentenario de Duarte, dos hechos transcendentales, que también había tomado en consideración en el artículo que escribí y que cité más arriba; se indicaba lo siguiente y cito: ”Se requiere que los hombres y mujeres representantes del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, a cuya responsabilidad le corresponde guiar los destinos de la nación, actúen con la suficiente voluntad política para defender el patrimonio nacional”.
Fue puntual y recogía el clamor de todos los hombres y mujeres del pueblo que a pesar de reconocen el desarrollo que debe tener una región como la del Sur y en este caso, la de Pedernales, no debía ni debe ser a costa del sacrificio de la dignidad, la vergüenza, el respeto a la ley y a las instituciones.
Esto que nos mantuvo en vilo por varios días a todos y todas, es una pequeña muestra de hasta dónde pueden llegar las fuerzas de los que están dispuestos a seguir transitando por el camino del desorden, del caos, del irrespeto, del fraude, del robo, de la estafa, del crimen, de la delincuencia, del narcotráfico y tráfico de influencias; en fin, esos grupos no descansan ni descansarán, somos los dominicanos y dominicanas de buen sentir, lo que no debemos cambiar nuestra forma de pensar respecto a la ética, la decencia, la moral y sobre qué tipo de sociedad es que realmente queremos, esta que se ha descompuesto y genera este tipo de accionar de personas que durante tanto tiempo han mantenido la intención manifiesta de querer apropiarse de lo que no les pertenece a como de lugar y no a base del trabajo, del sacrificio, ni del esfuerzo.
Esta actitud del Presidente Medina, sí es una buena señal enviada ante tal desaguisado que se pretendía cometer y que de alguna manera lo habían mal informado. Nada hubiese justificado el que se transitara un camino arrollando la legalidad y la justicia.
Le aconsejo como simple ciudadano, las frases del patricio Juan Pablo Duarte, señor Presidente, “Toda autoridad no constituida con arreglo a la ley es ilegítima, y por tanto, no tiene derecho alguno a gobernar ni se está en la obligación de obedecerla”. Y le recuerdo esta, del mismo gran dominicano: “Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la Patria”.
Lic. Jordi Veras.