Julio Vasquez.

Radio Renacer

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martes, 17 de abril de 2012

No desmayar en lo correcto

Lic. jordi Veras.

En una ocasión y a dos días de mi atentado, o sea, el 4 de junio del 2010, recibí la visita de quien hasta ese momento, tan sólo la había visto en los medios de comunicación y por quien profeso una gran admiración. Se trataba de la periodistas y comunicadora, Nuria Piera, la cual no necesita presentación para nadie. `

Mientras hablaba y conversábamos sobre mi testimonio de vida y de qué manera Dios y mi ángel de la guarda, mi madre, Carmen Teresa Rodríguez. habían hecho un milagro de devolverme la vida y haberme dado la fuerza para llegar con vida y consciente a la Clínica Corominas, junto a Dionisio, un simple transeúnte que el Todopoderoso había puesto en mi camino ese día, como diríamos, un buen Samaritano. Acompañado de mi compañero de siempre por tantos años en el espacio Mañana Boreal, Randy Ortiz; me peguntó, lo siguiente: ¿Si los dos balazos que había recibido y que casi me producen la muerte y la pérdida de la visión de mi ojo derecho, había valido la pena?

Con la sospecha de por donde había provenido el atentado, recuerdo que le contesté que sí. Y procedí a explicarle lo siguiente: “Claro que si Nuria, porque si lo que he recibido ha sido por hacer un trabajo acorde a la moral, ético, legal y profesional, no tenía nada de qué arrepentirme y lo volvería a realizar.” “Le indique además, que se supone que todo ser humano debe actuar acorde a sus principios y sus convicciones y si por eso debe enfrentar obstáculos aquellos y aquellas que entienda o se sienta afectados porque uno hago o lleve a cabo lo correcto, siempre estaré dispuesto en asumirlo de nuevo”.

Tal como le respondí a Nuria hace casi dos años, postrado en una silla, vivo convencido de que todo aquel que puede hacer el bien o lo correcto y no lo lleva a cabo, no está asumiendo su verdadera responsabilidad, ni como profesional ni como parte de una sociedad. Es como establece, el apóstol Santiago cuando expresa: “quien puede hacer el bien y no lo hace, comete falta”.

Mientras usted no esté dedicado a conllevar desde su profesión a realizar bellaquerías; estafar clientes; ganar casos por la vía legal, aunque inmoral, desde el punto de vista ético. Esto último lo digo, porque hay trabajos de abogados y abogadas, que bien pueden ser legales, pero no éticos. O usted se dedica a realizar o convertirse en cómplice de quien usted ostenta la defensa o conlleva acciones parecidas o peores a las que se le imputan a su cliente. O usted es un excelente profesional, pero un verdadero miserable y desgraciado como ser humano. Entonces es posible que tarde o temprano esos caminos por donde usted transita, lo lleven a un laberinto oscuro y sin salida.

La sociedad en la que hoy vivimos, necesita que hombres y mujeres comprendan el rol que deben jugar en su entorno familiar, de comunidad o de trabajo, que cada quien haga o realice lo que tiene que hacer para tener un mejor ambiente de vida para sus propios hijos e hijas. Pero no es posible que se desee o se quiera asumir la posición del indiferente o el desentendido con las cosas que están ocurriendo a tú alrededor.

Es por eso de aquella frase bíblica, si quien tiene la oportunidad, facilidad, deseo, voluntad, poder, iniciativa o responsabilidad, de hacer lo correcto, y no lo hace, está conllevando el peor error, falta e irresponsabilidad. Porque estamos viviendo en tiempos y en un medio social, donde lo que se está fomentando y alentando, por el temor, la desidia y la apatía, es conllevar lo fácil, no asumir compromisos, lo mal hecho porque es lo que produce mayores recursos y en menos tiempo.

Es cierto que es una tarea fuerte, en momento desalentadora, porque sientes que remas contra la marea o luchas con molinos de viento, como un Quijote. Sin embargo, tu propio ser y conciencia, no permiten que dejes de hacer lo que debes hacer. Por eso, no debe tenerse temor, ni dudar, al momento de seguir realizando lo que Dios manda, que es lo correcto. Lo único que un ser humano le queda al momento de morir, es haber vivido con decencia y decoro. No como un simple pícaro, estafador y delincuente, aunque para ello utilice un título como profesional