Los jueces consideraron que la muerte del bebe -que nació tras una cesárea de urgencia y sobrevivió una semana- fue un homicidio y no un aborto, como planteaban los abogados defensores. Así pues, a los cinco sentenciados se los halló culpables del intento de homicidio criminis causa (aquel crimen cometido para ocultar o lograr impunidad por otro delito) en perjuicio de la madre, del homicidio criminis causa del bebe y del robo calificado por el uso de arma de fuego.
«Éste era el fallo que esperaba. Creí desde el primer momento que iba a haber justicia», dijo Carolina después del juicio, en el estudio de su abogado, Fernando Burlando. Sin embargo, agregó: «La herida por la ausencia de Isidro no la cierra la sentencia». Y cuestionó al Gobierno por la falta de seguridad bancaria.
El fiscal consideró que el tribunal había sido «más que valiente con su fallo», al que calificó como «monolítico». El abogado de Píparo también destacó la solidez del fallo, acusó de «bestias» a los condenados y afirmó: «No tienen capacidad de arrepentimiento».
Los hechos ocurrieron la mañana del jueves 29 de julio de 2010. Carolina y su madre, María Ema Cometta, habían ido a una sucursal del Banco Santander Río, en 7 y 42, a retirar 10.000 dólares y 13.000 pesos. Allí fueron «marcadas» por «Pimienta» Silva. Con ese dinero, Carolina y su marido, Juan Ignacio Buzzali, iban a completar el monto que necesitaban para comprar su primera casa. La operación inmobiliaria estaba programada para el día siguiente y Carolina, embarazada de nueve meses, daría a luz el lunes.
Cuando Carolina y su madre estacionaron frente al departamento en el que vivían, en 21 y 36, fueron sorprendidas por Moreno y López, que las habían seguido en una moto. Moreno bajó, armado, sacó a Carolina del auto tomándola por el pelo y le gritó: «¡Dame toda la guita que sacaste del banco, hija de p...!». Carolina gritó un «no» instintivo, pero enseguida le dijo que se llevara todo y le rogó que no le hiciera daño, que estaba embarazada. Pero Moreno le disparó igual. La bala le atravesó el mentón y luego le perforó un pulmón. La víctima fue trasladada al hospital de Gonnet, donde le practicaron una cesárea de urgencia. Isidro murió una semana después.