La mayoría de las personas somos gente buena, tenemos una escala de
valores, ideales, sueños y deseos de bien para nuestros seres queridos,
familiares y amigos e incluso para las personas que sufren o están
necesitadas; eso que suelen llamar altruismo, y que lo vemos muchas
veces en personas famosas, que ayudan y colaboran con causas
humanitarias; sin embargo, no es fácil transitar por el camino del bien,
se requiere esfuerzo, perseverancia, dominio de sí mismo, misericordia,
bondad, amor y sobre todo convicciones profundas.
Las
propuestas de pequeños grupos en la sociedad que hacen el mal, la
guerra, el narcotráfico, injusticias, asesinatos, etc.; es fuerte, son
pocos pero tienen mucha publicidad, dinero y fuerza destructiva, por eso
opacan a la mayoría que hacemos el bien.
A veces sucede que
muchas personas son buenas, pero no hacen nada, no se manifiestan,
entonces pasa lo que decía Edith Estein: “el mundo anda mal, no por la
maldad de los malos, sino por la indiferencia de los buenos”, gente que
no hace nada en pro de una sociedad mejor y que dejan que las cosas
sucedan y sigan su rumbo, mientras a ellas no les afecte.
Llegará
un día y le invito a que ese día sea hoy, en el cual tomemos la firme
determinación de hacer que nuestra vida personal sea mejor en todos los
aspectos y con valores, pero también, que nuestro entorno sea mejor, en
el trabajo, en la comunidad, en la familia, en donde quiera que
estemos, sobre todo quienes nos llamamos cristianos, para nosotros el
compromiso es mayor y requiere testimonio no palabras.
Me
dirá usted: Sí, pero cuando no tienes los recursos, no encuentras
trabajo, te pagan mal, recibes maltrato, vives en un mal lugar, en la
inseguridad, donde hay delincuencia, droga, vicios, no es fácil; ya lo
creo que no es fácil, sin embargo, si otros tienen la fuerza y la
calidad de vida para lograrlo, usted también, y en este año de la fe,
estamos invitados a asumir con esperanza la lucha por una vida mejor, en
todos los aspectos, de modo especial, al asumir y enseñar los valores
fundamentales de la convivencia humana, empezando por lo elemental -la
educación-, primero en el hogar y en la escuela. Aprender a querernos a
nosotros mismos, por tal motivo la autoestima, enseñar a los niños a
quererse, respetarse y demostrarles amor, de igual manera con los
adolescentes y jóvenes.
Esto se va a reflejar en los
adultos, porque las cosas no se improvisan, se siembra en los corazones
de los niños y luego se cultiva lo que se sembró y si bien es cierto que
mucha semilla cae en terreno pedregoso, la mayoría cae en tierra buena y
da fruto hasta del 90 y el 100 por ciento. Vamos a luchar, a creer y no
dejemos de trabajar, no es fácil, pero sí es posible, con su ayuda y la
mía podemos lograr una mejor comunidad y aquí en la ciudad corazón, no
en otro planeta.
miércoles, 10 de abril de 2013
No es fácil transitar por el camino del bien
9:42 a. m.
opinion