Hoy, a treinta cuatro meses de que sobreviviera a un atentado, no es de lo único que he tenido, junto a mi familia, que buscar mantenerme de pies. He tenido que sobrellevar un proceso contra imputados que cada uno ha tenido su historia delictiva y no son simples aficionados, sino profesionales en el crimen organizado. Para que tomen en consideración sus nombres, ya que tan sólo se escucha hablar del más conocido, Adriano Rafael Román Román, los demás implicados, son: Roberto Zabala Espinosa, Arturo José Ferreras del Castillo, Franklin Gabriel Reynoso, Candy Caminero Rodríguez, Francisco Carela Castro, y Engels Manuel Carela.
Hace poco, como ha sido la preocupación de todo aquel dominicano y dominicana que ha visto en este caso, su situación y su problema, me preguntaban de nuevo en qué iba el caso y cómo era posible que pudiéramos soportar tantos envíos provocados por todos estos imputados que hemos mencionado más arriba. Siempre he dicho, que a pesar de los constantes reenvíos que puedan provocar estos imputados, como hasta ahora lo han hecho, no vamos a desfallecer en la búsqueda de la justicia en su contra. Que estén conscientes que están enfrentando a una víctima que es abogado de estrados, que está consciente de que ante este tipo de catervas criminales, lo menos que se pueda esperar es ese tipo de comportamiento y actitud ante un proceso criminal, huirle al fondo del asunto.
Si hay algo que debo agradecer de muchas cosas a Dios, en estos treinta y cuatro meses, es la solidaridad mostrada y que he recibido junto a mi familia, por lo mejor que tiene esta patria de Duarte y Luperón. Y esto ha sido sumamente importante porque es lo que mantiene a uno para seguir adelante y no desfallecer.
Tienen que estar conscientes, estos imputados mencionados más arriba, de que tanto quien escribe como mi familia, no vamos a cesar en obtener justicia en este proceso, no por algo personal, sino un compromiso con lo mejor del pueblo dominicano, que espera que se brinde un ejemplo contra todo aquel que desea vivir imponiendo el miedo, el terror, y el crimen.
En nuestro corazón, gracias al Todopoderoso, no ha reinado ni manda el odio, ni la venganza, sino la sed de justicia. Gracias a Dios, que no fui criado ni educado en un hogar donde predominen esos sentimientos que carcomen el alma y dominan tu espíritu.
Como dije al inicio, no solamente he tenido junto a mi familia que lidiar con el proceso en sí y con todo lo que el mismo conlleva, sino que he tenido y tengo que hacerle frente a los aspectos de mi salud. En este ámbito precisamente, tengo que seguir luchando por acabar de mejorarla y es por ello que tendré que someterme a una nueva operación para terminar de resolver problemas con mi ojo derecho, el cual acusa problemas, ya que se ha complicado su situación, he tenido que soportar los dolores que provoca el hecho de que la situación del mismo ya ha llegado a estar completamente tísico, su dimensión normal se ha reducido de forma tal que ya provoca las molestias insoportables de lugar. Es por ello que seré intervenido de lo que médicamente llamamos el proceso de:”extirpación del ojo derecho sin visión, por dolencia”.
La operación mencionada, es un paso más que debo enfrentar, junto a mi familia y lo mejor del pueblo dominicano, producto de la tentativa a la que sobreviví. Esta intervención quirúrgica, si Dios lo permite, no impedirá que sigamos con el mismo esfuerzo, ánimo, y fortaleza de siempre y no tampoco por esto anido rencor, como dije, al contrario es una prueba más de mantener mi fe en el Todopoderoso y en hacer honor a la solidaridad que me ha sido brindada.
Seguiré estando dispuesto a enfrentar todo lo que puedan provocar los imputados con sus incidentes y actitudes en el proceso. Más temprano que tarde, se le acabarán los recursos meramente retardatarios y tendrán que tener la misma osadía que tuvieron para intentar asesinarme, para que tengan que enfrentar sus consecuencias, producto de sus malas y equivocadas acciones.
Hoy, dos de abril del año en curso, 2013, cuando se cumplen treinta y cuatro meses, estoy, junto a mis seres queridos y lo mejor del pueblo dominicano, pendiente a la continuación del proceso de juicio de fondo, cuya próxima audiencia será el diecinueve (19) de abril del presente año. Esta sería la tercera audiencia del juicio de fondo.
Sigo confiando en la justicia dominicana y particularmente en el material humano de Santiago, basado en jueces responsables, valientes, y capaces. Así, como el material humano que compone el Ministerio Público, que ha llevado y lleva el expediente de forma responsable, ante cada audiencia desde el primer día.
Estoy muy claro, en que todo aquel que tiene a Dios como su escudo y guía, y la verdad como su estandarte, nada le faltara, ni nada tiene que temer. Precisamente en este tiempo de la Pascua del Señor, que es signo de gloria y gracia, porque El supo vencer la muerte y sigue vivo en cada uno de nosotros.
Si El, que pudo sacarme de la muerte hace treinta y cuatro meses, ese 2 de junio del año 2010, obrará para bien en mi próxima cirugía pendiente; es quien llevará con su vara y cayado, ante el Cristo de la justicia, la sentencia ejemplar en contra de los que han hecho del crimen organizado, una forma de vida.
Lic. Jodri Veras.