Condena a Chirac debe ser ejemplo contra la corrupción en RD

El candidato presidencial por el Partido Dominicanos por el Cambio (DxC), Eduardo Estrella, afirmó que la condena del ex presidente francés Jacques Chirac debe servir de ejemplo y parámetro en el país, para la aplicación de todo el peso de la ley contra los que incurren en actos de corrupción, sin importar el cargo que ocupe.

Jacques Chirac fue condenado a dos años de cárcel por malversación de fondos públicos y abuso de confianza cometida durante la larga etapa en que fue alcalde de París (1977-1995), y se ha convertido así en el primer jefe del Estado galo en ser condenado por un tribunal ordinario. El único precedente similar es el del general Philippe Petain, que fue inculpado en 1945 por colaborar con los invasores nazis.

Eduardo sostuvo que a través de los medios de comunicación del país se han denunciando múltiples casos de corrupción y que, sin embargo, las autoridades correspondientes se han mostrado indiferentes para procesarlos ante los tribunales ordinarios.

“Hasta que en República Dominicana no se empiece a castigar a los corruptos, este terrible mal seguirá carcomiendo los cimientos de nuestra nación, asumimos el compromiso que desde que lleguemos a la Presidencia de la República actuaremos con manos firmes contra todo aquel que actúe en contra del dinero del Estado dominicano”, indicó.

Asimismo, refirió que la Cámara de Cuentas ha concluido importantes pesquisas, cuyos resultados han arrojado actos dolosos y que han sido engavetados.

El líder político hizo referencia también a los últimos informes de organismos internacionales que colocan al país como uno de los más corruptos de la región.

“Entre las medidas que implementaremos para frenar la corrupción en el país, está la designación de un Contralor General de la República independiente del poder ejecutivo, así como suministrarle los recursos y el poder necesario al ministerio público, para que actúe sin contemplación contra todo aquel que viole la ley”, señaló.

Eduardo propuso la aplicación de la inversión del fardo de la prueba, donde a los funcionarios no hay que probarle que robaron, sino por el contrario, son ellos los que tienen que demostrar la forma como consiguieron sus bienes o fortunas.