Este sábado, 31 de diciembre, estamos asistiendo a la despedida del 2011. A estas alturas prácticamente son apenas horas lo que le quedan a este año. En el argot hípico podríamos decir que dobla la famosa “curvita de la Paraguay”.
Apelaré a unas reflexiones que recibí por internet, enviada por una amiga, para que sirva como lección en este 2012 que ya, literalmente, “toca nuestra puerta”.
En estos tiempos que tenemos casas más grandes, pero familias más chicas.
Que tenemos más compromisos, pero menos tiempo; más medicinas, pero menos salud.
En estos tiempos cuando hemos multiplicado nuestras fortunas, pero hemos reducido nuestros valores.
Cuando hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado.
En tiempos en que el hombre ha llegado a la luna y a otros planetas, regresando de nuevo, pero sin embargo, tenemos problemas para cruzar la calles y conocer a nuestros vecinos.
Tiempos en que estamos conquistando el espacio exterior pero nos olvidamos de conquistar el espacio interior.
Son tiempos de tener mayores ingresos, pero menos moral, de más libertad pero menos alegría, con más comida pero menos nutrición.
Son días en que, por lo regular, llegan dos y quizás hasta tres sueldos a la casa ¡y quien sabe si más!, pero entran más divorcios.
Días de tener casas más lindas y lujosas -diría que verdaderos palacetes, en algunos casos- pero más hogares rotos.
El consejo es que no guardes nada “para una ocasión especial” porque, cada día que vives, es una ocasión especial.
En este 2012 que ya llega lea más, siéntase en el frente de su casa, alce la vista sin fijarse en las malas hiervas.
Pase más tiempo con sus familiares y con los amigos, y coma su comida preferida.
Hay que recordar que la vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no solo una para sobrevivir.
En este 2012 no guardes su copa de cristal, ni sus mejores perfumes. Úsalos cada vez que te de ganas de hacerlo.
Las frases “uno de estos días” y “algún día”, bórralas de tu vocabulario.
Escribe hoy aquellas líneas que pensaba escribir “uno de estos días”.
En este Nuevo Año digamos a nuestros familiares y amigos ¡Cuánto les queremos!
No retarde, en este 2012, nada que agregue risa y alegría a la vida. Cada día, cada hora, cada minuto es especial.
A los amigos que han tomado un minuto para acordarse de este humilde servidor, gracias desde lo profundo de mi corazón.
Recibamos con optimismo la llegada de este año. Que este 2012 para todos y todas sea de crecimiento en todos los aspectos.
sábado, 31 de diciembre de 2011
¡Adiós 2011, bienvenido 2012!
9:43 p. m.