Julio Vasquez.

Radio Renacer

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martes, 7 de enero de 2014

San Cristóbal, Petán Trujillo y Sainaguá (parte 1)

 

Cuando en el año 1961, septiembre u octubre, el General Ramfis Trujillo Martínez quiso soportar o extender más el largo gobierno autoritario que encabezara, por más de treinta años, su padre el Generalísimo Rafael Trujillo Molina, fallecido por atentado en mayo de ese año, vino a la ciudad de San Cristóbal para comandar su plaza de armas el coronel Luís Trujillo Reinoso, hijo de don José Arismendi Trujillo Molina (a) Petán), por tanto, sobrino del dictador y primo del general Ramfis.
Cada dos o tres tardes de la semana, el dicho oficial militar visitaba a mi padre Adriano Uribe Silva, en nuestro hogar. Y observé de inmediato, una gran fraternidad para tratarse y conversar entre ellos, algo que en principio me resultó bastante extraño ya que nunca le había visto y mucho menos escuché hablar antes de su persona.
Esa estrecha amistad que ambos se profesaban, sincera, familiar, se asemejaba a la que mi padre llegó a tener, en esos días con: Manolo Pérez Álvarez; Lindo Domínguez Pérez; Manuel Pérez Soriano; Héctor Cabral Ortega; José García Francisco, Sócrates Barinas Coiscou; Fabio José Martich Barinas; José María Peña Cabral; Rafael Quirino Despradel, Milet Lama; Vinicio Pérez Mateo; Eddy Urbaez Ramírez; Bienvenido Vizcaíno; Cocó Asencio, Dorao Mateo Nina y otros
Cierto día, me decido y digo a mi padre: “papá, yo sin querer he escuchado que ese militar y tú, además de tutearse se tratan de primo. ¿Quién es y porque lado es familia de nosotros?”. Y éste, me contestó “oh sí, aunque nunca ha vivido aquí en S.C.; él nació en Sainaguà, hijo de una pariente de mi papá de apellido Reynoso, con la cual Petàn Trujillo tuvo tres hijos, dos varones y una hembra.
-“Papá: y qué buscaba Petàn en Sainaguà?”.
-“Bueno….él es de aquí… y negociaba con mulas y caballos por toda esta región, antes del hermano llegar a Presidente. En esa época, no había empleos, como ahora, porque no existían las oficinas y las empresas, y los hombres y muchas mujeres, como mis abuelos Calixta Reinoso y Ceferino Uribe (Fofò), quienes tenían una pulpería en lo que es hoy el Parque de las Piedras Vivas, se dedicaban a los negocios, principalmente productos agrícolas y artesanales”.
Todas estas cosas -estimados lectores- yo las consultaba y confirmaba con mi abuelo don Sergio Uribe Reynoso, quien siempre me mostró mucha pasión por explicarme los hechos pasados. Cuando le referí de la conversación que había sostenido con mi padre, con fines de que la corrigiera o ampliara, me dij “Mira; Petán siempre fue un busca pleitos. Hasta el mismo Jefe lo sabía y lo decía. El armó un rebú en algún lugar del Cibao en donde hubo heridos y vino a guarecerse a Sainaguà, ya que José Pimentel, quien era el Comisario de aquí, lo estuvo buscando como aguja para amarrarle”. Petàn, muy jovencito, se fue de S.C. y deambuló mucho por Villa Altagracia, Bonao y La Vega. Quizás la gran amistad, que hubo entre Trujillo y Pimentel, de toda la vida, vendría porque este último supo siempre donde Petàn se ocultaba por estos lados y nunca actuó para apresarle. Mira y todavía te digo más: ¿tú sabes porqué el Jefe nunca quiso incluir las tierras de Sainaguà en el proyecto de su hacienda Fundación? Por el buen trato que en este lugar le dieron a su hermano que nunca le desconsideraron porque también hubiera sido una mancha en la carrera militar del propio Trujillo, si lo contrario hubiese ocurrido”.
UNICOS HIJOS
Petàn Trujillo, amigo lector, antes de su hermano ascender al poder político en el país, tuvo tres hijos en la comunidad rural de Sainaguà, lugar distante de la ciudad de San Cristóbal, dos kilómetros en promedio. Hoy casi se le considera una barriada o extensión de ella. Luís, Patria y Darío (Pasito), se llamaron estos, quienes fueron sus únicos hijos biológicos hoy conocidos. Luís fue militar, como ya vimos, y sin mucha nombradía. Hubo un chiste cruel con respecto a él: cuando la televisión vino a nuestra tierra, en los actos oficiales que se filmaban para los noticieros, al camarógrafo le requería: “Sácame, sácame, si no te tranco”. Por esto le aplicaron el mote “Luís televisión”. Patria fue una dama, y no recuerdo donde leí: “Una mujer ejemplar, siempre dada al servicio de los demás. Se divorció y optó por recluirse durante un tiempo en un convento”. Por último, Pasito, socarrón y bullanguero, fuimos grandes amigos dos o tres años y nunca más he sabido de él.
De Luís televisión, lo último que supe de él fue cuando ocupó la dirección, en los años 90, de la Hermandad de Pensionados de las Fuerzas Armadas y me queda el dolor de no haberle buscado para saludarle, compartir y saber de su hermano, mi primo Pasito. Luís, antes de dejar a S.C. en 1961, construyó una iglesia, que ofreció servicios religiosos y comunitarios por muchos años y creo fue destruida por el huracán David, en 1979; me parece que sus paredes eran de concreto y su techo de láminas de zinc. En la recta de la carretera que va a Palenque y a mano derecha, en su firme, estuvo erguido imponente y alto el citado templo católico en un amplio y despejado solar.
Ya terminando esta primera parte –amable lector- quiero decir lo siguiente: Estos conceptos y opiniones que expongo aquí necesariamente no son concluyentes ni definitorios en el caso que hoy nos ocupa, quedando éste abierto por mi parte, para que amigos y personas conocedoras de estas cosas, puedan añadir, corregir datos y aportar comentarios con la finalidad de enriquecer este esfuerzo y –como siempre digo- para conocimiento y uso de los que vendrán.

Por NESTOR URIBE MATOS
Hasta pronto, con la segunda parte.