Las ventas de bienes culturales en el mundo casi se duplicaron entre 2004 y 2013, pasaron de 108,442 a 212,800 millones de dólares, y marcaron una progresión que se explica en gran medida por el incremento en la comercialización de joyas de oro, según un informe publicado por la UNESCO.
El mayor exportador latinoamericano fue México, con 1,409 millones de dólares en 2013, muy por delante de Brasil (289,3 millones), la República Dominicana (211,1), Colombia (153,2), Perú (138,9), Bolivia (124,5), Argentina (76,5), Chile (68), El Salvador (62,5), Guatemala (43,2), Costa Rica (42,4), Nicaragua (2,7), Panamá (1,6) y Paraguay (1,1).
“El arte y la artesanía han subido en la clasificación de los diez bienes culturales que más se comercian, impulsados por la joyería de oro, un valor refugio en época de incertidumbre económica”, indicó la agencia de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
En 2013, la exportación de joyas de oro “representó más de 100,000 millones de dólares”, agrega ese organismo de las Naciones Unidas con sede en París, que defiende que el estudio aporta “una prueba más del papel esencial que actualmente desempeñan las industrias culturales en la economía mundial”.
Así, según las estadísticas de la UNESCO, que reconoce que la digitalización de muchos bienes audiovisuales complica la recolecta de datos, China fue en 2013 el primer exportador de bienes culturales, con 60,100 millones de dólares, es decir, más del doble de los 27,900 millones de las exportaciones de Estados Unidos, segundo.
La India (11,732 millones de dólares), Turquía (4,195 millones) y Malasia (2,624 millones) también han despuntado como exportadores en la última década, agrega el informe, que señala como principal punto de destino de ese tipo de bienes los países desarrollados de Norteamérica, Europa y el este de Asia.
Las exportaciones en 2013 alcanzaron los 16,403 millones de dólares en el Reino Unido, seguido de Suiza (11,797 millones), Alemania (10,889 millones), Italia (9,936 millones), Francia (9,025 millones), Singapur (6,276 millones) y Japón (4,120 millones).
El dato para España alcanzó los 2.027 millones de dólares, ligeramente inferior a los 2.140 millones de 2004.
El informe evidencia también que la digitalización del sector audiovisual, la prensa o los libros pesan en el volumen de negocios.
Así, los productos de “música grabada” cayeron un 27 % entre 2004 y 2013, mientras que el de películas retrocedió un 88 % en ese mismo período.
También retrocedieron “la venta de productos impresos, que refleja principalmente el declive de la prensa en papel”, agrega la UNESCO, que apunta a España como el país que más acusó ese descenso (-33 %) y pasó de 1.100 millones de dólares en 2004 a 738,6 millones en 2013.