Julio Vasquez.

Radio Renacer

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lunes, 24 de mayo de 2010

José Lima fallecio el día de su cumpleaños 37



Santiago
El infarto que fulminó y quitó la vida al carismático lanzador dominicano José Lima la madrugada del domingo en Los Ángeles, California, se convirtió en una especie de rayo que impactó con mucho mayor intensidad la ciudad que le vio nacer hace hoy 37 años, el mismo día que nació: mayo 23. (Aunque no aparece así en los libros de records).
Esa afición que le idolatró durante toda su carrera se resistía a aceptar la realidad de su inesperado deceso, pero solo por compasión y comenzó a devolver con lágrimas y dolor, todas las alegrías y satisfacciones que el nativo de Salaya, Santiago, le brindó a través de sus actuaciones en uniformes de las Águilas Cibaeñas.

“Se nos fue no solo el hijo, sino el más que hermano, también padres de sus propios hermanos y mejor amigo de todos nosotros”, expuso el padre del inquieto monticulista Francisco Rodríguez (La Charca), lagrimas en rostro, dolido por la inesperada partida de mayor de su seis hijos, más uno de crianza, resignado a lo que considera un mandato de Dios.

“Dios sabe lo que hace y por bien. Ahora tenemos que luchar por todos los que quedamos, auque será difícil aceptar que ya no estará juntos a nosotros”.

Reacción de su madre
Para su madre Nurys Mercedes Lima no había forma de consolación, la desesperación por la muerte de quien pensó jamás le dejaría sola antes de ella morir cada minuto iba en aumento.

Se resistía a creerlo y quizás le tome tiempo, ya que según ella, un día antes se comunicó con ella y con todos en la casa, como si se despidiera.

Lima, una emblemática figura de la pelota dominicana, tenía un temperamento tan especial y divertido que podría decirse que fue capaz de “celebrar el mismo día su cumpleaños 37 y a la vez su muerte”. Y es que esa noche, junto a amigos, compartió una parrillada, cantó, bailó y disfrutó al máximo, como de costumbre, en lo que constituyó su partida terrenal.

Luego de 13 temporadas en las mayores con Detroit, Houston, Kansas City, Dodgers y Mets de Nueva York y luego paradas en Corea del Sur, Japón y México, Lima escribió de manera simultánea brillantes páginas en la historia de la pelota dominicana con las Águilas y los Leones del Escogido. En las mayores cerró su capítulo con marca de 89-102 y en el país constituye el máximo ganador en series de postemporada.

Su mayor total de triunfos en una temporada fue de 21 con Houston en 1999 y marchó en el 2006 tras registro de 0-4 con los Mets de Nueva York.

Dejó en la orfandad a siete niños, es lo que cuentan, ya que su vida sentimental fue bien agitada y activa.

No se cuidó
Según testimonios de amigos, Lima, en diciembre pasado, sufrió un malestar similar, quizás menos intenso, perdió brevemente el conocimiento, pero pidió que no se lo comunicaran a su madre y obvió lo sucedido, sin quizás el peor de sus errores, lo que no toleraba en el campo de juego y que le costó la vida en el juego de la vida, de la sobrevivencia.

Compadre y hermano
Para Bernie Castro, compañero por casi 10 años y compadre, primer pelotero en llegar al hogar materno tras la sufrida pérdida, Lima, “más que compadre, compañero de equipo, fue una especie de hermano y quizás me aconsejó más por sus vivencias y experiencias que lo que fue capaz de hacer por él mismo”.

Llamadas no cesaron
Las llamadas a nuestro hogar, a los celulares, como a los de muchos otros, no cesaron desde bien temprano. Todos se resistían al rumor, querían confirmación, seguridad de lo aún para muchos increíble, en compañía de “pero cómo va a ser”.

MÁS QUE PELOTERO, GRAN SER HUMANO
Winston Llenas, presidente del Consejo de Administración de las Águilas, su equipo en la pelota quisqueyana, Lima, más que un pelotero exitoso, un gran competidor, “nos demostró ser un excelente ser humano”.

Y según Llenas, quien siguió toda su carrera, “este es un día gris, ya que detrás de ese show y espectáculo que él constituia, se escondía un magnífico ser humano, amigo y solidario”.

Más que eso, Llenas y las Águilas, todo el país deportivo, “se siente acongojado ya que se va en la flor de su juventud, se pierde una gran figura, que extrañaremos y bastante. A mí me conmovió tanto que no creía creerlo. Es duro. Es una lástima”.