Benedicto XVI, que en 2000 hizo la interpretación oficial del denominado 'tercer secreto' de Fátima, cuando fue desvelado por Juan Pablo II, celebró ayer su primera misa como pontífice en el santuario portugués. Pese a la lluvia, acudieron medio millón de personas, según la Policía, lo que batiría el récord de Juan Pablo II. En una larga ceremonia en la que se vio a Ratzinger bastante cansado, éste desarrolló su punto de vista sobre el significado del lugar. Benedicto XVI no siempre es fácil de seguir y no es seguro que ayer muchos de los presentes comprendieran gran cosa de su homilía, que en el pasaje sobre las profecías fue especialmente críptico.
Dijo así: «Se hace ilusiones quien piense que la misión profética de Fátima ha concluido. Aquí revive el proyecto de Dios que llama a la humanidad desde sus primeros tiempos: '¿Dónde está Abel, tu hermano?' (...) La voz de la sangre de tu hermano me grita desde el suelo'. El hombre ha podido desencadenar un ciclo de muerte y de terror, pero no logra interrumpirlo». Luego explicó que Dios siempre «ha buscado a los justos para salvar la ciudad de los hombres» y citó las palabras que habría dicho la Virgen a los tres pastores, pidiéndoles que se ofrecieran a Dios «para soportar todos los sufrimientos que Él querrá mandaros, en un acto de reparación por los pecados con los que Él está ofendido». Dos de los niños, Francisco y Jacinta, murieron con diez años, por gripe y neumonía. La tercera, Lucía, se hizo monja de clausura hasta que murió en 2005 con 98 años. El Papa concluyó: «Con la familia humana preparada para sacrificar sus lazos más santos sobre el altar de los egoísmos de nación, raza, ideología, grupo, individuo, ha venido desde el cielo nuestra madre bendita ofreciéndose para trasplantar el amor de Dios en el corazón de cuantos se confían a él».
Según los expertos, querría decir que no se debe considerar que las visiones se refieran a hechos concretos del siglo XX que ya han sucedido y, por tanto, su mensaje haya caducado, sino que es una llamada a la penitencia aplicable a cualquier momento de la historia, como ha hecho el Papa con el escándalo de la pederastia. Ratzinger es el tercer papa que visita Fátima, tras Wojtyla y Pablo VI, aunque Juan XXIII y Juan Pablo I acudieron como cardenales y Pío XI tenía gran devoción al lugar. La relación de los pontífices con Fátima, donde según la Iglesia tres niños vieron a la Virgen en 1917, ha evolucionado. Benedicto XVI ha llegado con los tres 'secretos' teóricamente cumplidos. Aludían, según la Iglesia, a la Segunda Guerra Mundial, a la conversión de Rusia -hay un trozo del muro de Berlín en el santuario- y a un hombre de blanco que cae por unos disparos, imagen que Wojtyla asoció a su atentado.
jueves, 13 de mayo de 2010
El Papa advierte de que «la misión profética de Fátima no ha concluido»
10:11 p. m.
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