El Tercer Plan de Pastoral nos invita a vivir, dentro del itinerario de Evangelización, el valor de La Reconciliación, el cual significa, reanudar la relación rota, desgajada por diferentes situaciones. Es volver a unirse lo que hizo pedazos. Pongamos el ejemplo de nuestra relación con Dios. La gracia es la vida divina en nuestra propia vida, ésta se pierde por el pecado, y se recupera la gracia después de un sincero arrepentimiento de nuestras faltas a Dios y al prójimo.
Después de un examen de conciencia y dolor de corazón, confesamos nuestros pecados al sacerdote ministro de la misericordia, allí mismo cuando nuestras miserias son escuchadas recibimos la absolución y nos reconciliamos con el Dios de la Vida. El sacramento de la reconciliación “nos lava y limpia”. Es bueno recordar que se llama sacramento de la reconciliación, porque otorga al pecador el amor de Dios quien reconcilia.
Quien vive del amor misericordioso de Dios esta listo para responder a la llamada del Señor. Según el Papa Francisco: “el mundo tiene necesidad de descubrir que Dios es Padre, que tiene misericordia, que la crueldad no es el camino, se cae en la tentación de seguir una línea dura, en la tentación de subrayar solo las normas morales, pero cuanta gente se queda fuera”.
Manifestemos a los demás, que Dios corrige porque ama. Que es un Dios cercano, atento a sus hijos e hijas, su misericordia es inmensa.
Que en este tiempo de cuaresma hagamos un acto de reconciliación sincero con los hermanos, con nuestra familia, incluso con la flora y la fauna.
viernes, 18 de marzo de 2016
La reconciliación
9:49 a. m.
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