(La Nación) Al final de la Misa un fiel gritó «¡Viva Fernando María Bargalló!», tras lo que los asistentes irrumpieron en aplausos. En la desbordada parroquia de Nuestra Señora del Rosario, en Moreno, el cardenal Bergoglio oró para que la Iglesia pueda "transformar la tristeza en esperanza".
Fue su provisional sucesor en la diócesis, monseñor Jorge Casaretto, quien precisó la situación actual de Bargalló. «Ahora le toca a Fernando estar en un tiempo de retiro, de penitencia y de oración. Mi misión es acompañar al hermano Fernando en su camino de reflexión. Esta es una etapa de transición y espero que sea por poco tiempo», dijo Casaretto al confirmar en plena misa a todas las autoridades de la diócesis.
Tanto el cardenal Bergoglio como Mons. Casaretto tuvieron palabras de respaldo hacia la misión pastoral de Bargalló. Fue el purpurado quien, elípticamente, aludió al poder político local en la situación actual del ex obispo. «Trabajó para los pobres y esto le valió la persecución. Trabajó también por los ancianos y para escuchar a los chicos. Hoy tenemos a la Iglesia unida, humanitaria y misionera y venimos a dar gracias por estos 15 años caminando juntos.»
En la misa por los 15 años de la diócesis de Merlo-Moreno, creada por decreto del papa Juan Pablo II el 28 de junio de 1997 y que tuvo como primer obispo a Bargalló, estuvieron todos los sacerdotes de esta jurisdicción, muchos vecinos de Merlo y de Moreno y hasta un grupo de la comunidad religiosa Servidores del Evangelio, que inició en 2002 su actividad pastoral allí y se fue ampliando a otras diócesis.
Alessandra, Isabelle y Cristina, religiosas que forman parte de Servidores del Evangelio junto con Américo (laico), participaron de la misa y lamentaron la situación de Bargalló. «El nos abrió las puertas cuando llegamos en 2002 y también para ir a otras diócesis», contó Alessandra, de origen brasileño, a La Nación, cuando casi terminaba la ceremonia.
Para los feligreses no quedaban dudas de que el oficio religioso de Bergoglio (primado de la región metropolitana) y Mons. Casaretto no sólo era por los 15 años de la diócesis, sino por la misión cumplida por Mons. Bargalló.
«¡Viva Fernando María Bargalló!», gritó un hombre desde el fondo del templo y la Misa terminó con un fuerte y sostenido aplauso de todos.