El Arzobispo de México (México), Cardenal Norberto Rivera, exhortó a los fieles y a quienes tienen responsabilidades en la vida pública a rechazar cualquier intento de imponer la eutanasia y más bien trabajar por la construcción de una cultura donde los ancianos puedan vivir con esperanza y dignidad. El prelado hizo este llamado durante la Misa dominical, en referencia al Día del Abuelo, conocido también en México como Día del Adulto Mayor, y que se celebró el pasado 28 de agosto.
«La vida, aunque tenga limitaciones y peros, es un don que siempre debemos agradecer a Dios. Pido a mis hermanos que tienen responsabilidades en la vida pública y en las organizaciones sociales y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a que juntos vayamos creando una nueva cultura en donde todas las personas de la tercera edad puedan realizar su vida con dignidad y esperanza», señaló el Arzobispo.
No dejarnos llevar por criterios mundanos
Según publica Sistema Informativo de la Archidiócesis de México (SIAME), el Purpurado recordó que en 1999 hizo un llamado a «cambiar de mentalidad y a no dejarnos llevar por los criterios de este mundo» que «no aprecia el valor específico de esta etapa de la vida» e ignora el sentido de la longevidad.
El Cardenal Rivera criticó que a la vejez se le quiera poner al margen «como una etapa compuesta básicamente por enfermedades».
«Por no comprender el sentido del dolor y del sufrimiento y llevados por una falsa compasión, por desgracia, se difunde más y más la mentalidad y las acciones contra la vida mediante campañas en favor de la eutanasia, junto con otras expresiones de la anticultura de la muerte, juzgando al enfermo y al anciano como estorbo y carga para las familias y la sociedad», denunció.
En ese sentido, dijo que el reto de los católicos es «encarnar el Evangelio en esta nueva cultura de la vejez que se está gestando, entre otras cosas, por el aumento acelerado del grupo de población representado por las personas adultas mayores».
«En este anuncio del Evangelio, por ningún motivo, debemos silenciar la trascendencia del ser humano, en donde puede encontrar sentido lo absurdo del dolor y del sufrimiento y en donde nuestro caminar por este mundo se ilumina con la firmísima esperanza de la vida eterna», afirmó.