Nació en Moca el 6 de octubre de 1941. Filólogo, ensayista, crítico literario, narrador, educador y promotor literario. Doctor en Lingüística por la universidad de Madrid y Licenciado en Educación por la Universidad Católica Madre y Maestra de la cual ha sido catedrático de literatura por más de tres décadas. Presidente del Ateneo Insular, el cual fundó en su pueblo natal Moca a mediados de los años 90, que es cobija principal del Movimiento Interiorista que encabeza y orienta. Ha completado diplomados en Filología Hispánica, de Investigador Lingüístico y profesorado en Lengua y Literatura Española. Se le atribuye ser el auspiciador de una nueva metodología crítica en nuestro país y ampara sus análisis en datos aportados por la ciencia lingüística y afines.
Es miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua, entidad de la que es su Director desde el 2002, miembro correspondiente de la Real Academia Española y miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Dirigió el suplemento cultural Coloquio, del periódico El Siglo, desde donde realizó una notable labor en pro de la difusión de la literatura dominicana. Fue Miembro de la Junta Directiva del Comité de Intelectuales Dominicanos presidido por Juan Bosch. De igual manera presidió la Asociación Dominicana de Críticos Literarios. Fue Subsecretario de Estado de Educación y Cultura, Director General de Bellas Artes y ha sido jurado en numerosos concursos literarios, habiendo representado al país en múltiples congresos y conferencias internacionales. Figura entre los pocos dominicanos que incidieron en la redacción de la Nueva Gramática de la lengua española, consensuada por las 22 academias miembros de la Real Academia Española de la Lengua (los otros fueron Mariano Lebrón Saviñón, Rafael González Tirado, Ramón Emilio Reyes y Guillermo Pérez Castillo). Entre sus muchas actividades, asesora revistas culturales; orienta grupos literarios en formación; proyecta coloquios y encuentros literarios, dicta y organiza charlas y conferencias relacionadas con la literatura.
Rosario Candelier ha sido merecedor de importantes premios y reconocimientos, entre los que se pueden mencionar el Premio Internacional del Instituto de Cultura Hispánica; Premio Siboney de Ensayo; Premio Nacional de Ensayo y el Caonabo de Oro. Fue seleccionado por el suplemento literario Biblioteca como la Personalidad Cultural del año 2002 y en el 2008 recibió el más alto honor que se le confiere a un escritor dominicano al ser declarado Premio Nacional de Literatura.
Sin lugar a dudas, sus obras Lo popular y lo culto en la poesía dominicana, La imaginación insular y La creación mitopoética son fundamentales para el estudio de la poesía dominicana contemporánea, e indiscutiblemente material permanente de consulta para los amantes del arte literario. El Dr. Bruno Rosario Candelier es objeto de consulta permanente por las nuevas generaciones de escritores dominicanos que encuentran en su carisma y talento todo un caudal de conocimientos que tiene siempre a disposición de quienes lo requieran, los que pueden ser aprovechados en conjunto en los diferentes cursos y talleres que dicta, sobre todo en la Biblioteca Juan Bosch, así como en las actividades periódicas que organiza el Movimiento Interiorista que lidera Rosario Candelier.
Entre sus obras merecen ser señaladas las novelas El sueño era Cipango y La ficción montonera. Las novelas de las revoluciones. Su amplísima producción de ensayos incluye títulos como La Poesía de Emilio García Godoy; Lo popular y culto en poesía dominicana; Un Texto: Análisis y Entrevista; Ensayos críticos; La Imaginación Insular; Ensayos Literarios; La Creación Mitopoética; Tendencias de la Novela Dominicana; La narrativa de Juan Bosch; Ensayos Lingüísticos; Valores de las Letras Dominicanas; Poética Interior; El Movimiento Interiorista; El camino del poder; El sentido de la cultura; La búsqueda de lo absoluto; La Creación Interiorista; Coloquio Literario;. La ficción montonera: Las novelas de las revoluciones; Lenguaje, Identidad y tradición en las Letras Dominicanas; El Ideal Interior; La Creación Cosmopoética; La garra del estrés: Lenguaje, miedo y control emocional; Poesía mística del Interiorismo; El ánfora del lenguaje; El Vínculo entrañable y La Pasión Inmortal.
En Bruno Rosario Candelier encontramos un ser humano altamente sensible y un intelectual dedicado a plenitud. Amante de sus raíces y entregado 100 % a su labor, amigo fiel y buen colaborador, de mirada limpia, convicciones profundas y entereza en la opinión. Su vida se transparenta en el seguro cumplimiento de una misión.
Escritores de la talla de Sélvido Candelaria, Miguel Collado, Pedro Gris, Manuel Salvador Gautier, Rafael Peralta Romero, Ofelia Berrido, Omar Messón y Camelia Michel Díaz entre muchos otros, han llenado centenares de cuartillas ponderando la calidad escritural y humana de Bruno Rosario Candelier, a quien el autor de estas líneas le reserva una gran admiración también.
Concluyo esta entrega de TRAYECTORIAS LITERARIAS DOMINICANAS citando un párrafo de Bruno Rosario Candelier que muestra una definición altamente didáctica del poeta místico (Fragmento de su ensayo La gracia mística en Tulio Cordero):
“El estado de emoción espiritual produce un júbilo interior cuya expresión nutre la lírica mística. La experiencia mística, como fenómeno de conciencia, trasciende la experiencia ordinaria y sumerge al contemplativo en los predios intangibles de la realidad trascendente. En tal virtud, el místico vive y disfruta la contemplación de la naturaleza que siente como expresión de lo divino. Experimenta la emoción de la belleza, goza la hermosura sutil y le atrae el misterio inefable, que canaliza en su lírica. Poseído por la llama de la creación, siente el corazón lleno de luz y canta”.
Por: Ramón Saba