Todo sumo sacerdote es tomado de entre los hombres, y le piden representarlos ante Dios y presentar sus ofrendas y víctimas por el pecado.
Es capaz de comprender a los ignorantes y a los extraviados, pues también lleva el peso de su propia debilidad;
por esta razón debe ofrecer sacrificios por sus propios pecados al igual que por los del pueblo.
Pero nadie se apropia esta dignidad, sino que debe ser llamado por Dios, como lo fue Aarón.
Y tampoco Cristo se atribuyó la dignidad de sumo sacerdote, sino que se la otorgó aquel que dice: Tú eres mi Hijo, te he dado vida hoy mismo.
Y en otro lugar se dijo: Tú eres sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec.
En los días de su vida mortal presentó ruegos y súplicas a aquel que podía salvarlo de la muerte; éste fue su sacrificio, con grandes clamores y lágrimas, y fue escuchado por su religiosa sumisión.
Aunque era Hijo, aprendió en su pasión lo que es obedecer.
Y ahora, llegado a su perfección, es fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen,
conforme a la misión que recibió de Dios: sacerdote a semejanza de Melquisedec.
Salmo
Sal 110, 1; 2; 3; 4
Palabra del Señor a mi señor: "¡Siéntate a mi derecha y ve cómo hago de tus enemigos la tarima de tus pies!"
Desde Sión extenderá el Señor el cetro de tu mando: domina en medio de tus enemigos.
"Tuyo es el principado desde el día de tu nacimiento; de mí en el monte sagrado tú has nacido, como nace el rocío de la aurora".
Juró el Señor y no ha de retractarse: "Tú eres para siempre sacerdote a la manera de Melquisedec".
Evangelio
Mc 2, 18-22
EL VINO NUEVO EN CUEROS NUEVOS
Un día estaban ayunando los discípulos de Juan el Bautista y los fariseos. Algunas personas vinieron a preguntar a Jesús: "Los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan; ¿por qué no lo hacen los tuyos?"
Jesús les contestó: "¿Quieren ustedes que los compañeros del novio ayunen mientras el novio está con ellos? Mientras tengan al novio con ellos, claro que no pueden ayunar.
Pero llegará el momento en que se les arrebatará el novio, y entonces ayunarán.
Nadie remienda un vestido viejo con un pedazo de género nuevo, porque la tela nueva encoge, tira de la tela vieja, y se hace más grande la rotura.
Y nadie echa vino nuevo en envases de cuero viejos, porque el vino haría reventar los envases y se echarían a perder el vino y los envases. ¡A vino nuevo, envases nuevos!"
domingo, 15 de enero de 2012
La biblia en su casa.
9:11 p. m.