Julio Vasquez.

Radio Renacer

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martes, 25 de septiembre de 2012

Perseverancia ante la vida


El trajinar que he pasado con el caso junto a mi familia no es algo nuevo para mí, si lo veo desde el punto de vista profesional. He visto en estos años de ejercicio todo lo bajo que puede salir del corazón del ser humano. Ahora bien, cuando estás actuando con la seguridad y la conciencia de que estás conllevando lo correcto debes estar dispuesto a enfrentar lo que encuentres en el camino.

 He expresado una y otra vez, que sería fácil para nuestra familia, haber dejado todo o caer en la red de la desesperación. Estoy más que consciente de que aquellos que trataron de acabar con mi vida, eran personajes acostumbrados a delinquir y que una parte de ellos no estaban acostumbrados a permanecer detenidos durante mucho tiempo tras las rejas, porque hacían o conllevaban todo lo indecible para salir a las calles. Nadie puede menospreciar que aquellos que componen la asociación de malhechores que se conformó para asesinarme, no solamente eran policía o ex policías corruptos, sino que también, habían especialistas para el crimen organizado. Eso que aprendí en los procesos que he llevado en mi vida profesional, es lo que me ha preparado para mantenerme firme frente a todo lo que hemos visto durante el caso. 

 Otra elemento que ha permitido que uno se mantenga firme, es el estímulo que se recibe de todo aquel o aquella que ha manifestado su apoyo incondicional. Esta también la preocupación que tengo de que lo sucedido a mi persona no es algo ajeno a ninguna otra persona que por responsabilidad tienen a bien cumplir con su labor. Debo a Dios y a mis padres, que haya podido crecer con la característica de la perseverancia para enfrentar los retos ante la vida. He aprendido no se de aquellos o aquellas que renuncian o dejan todo a mitad de camino, de todo cuanto emprenden, quien así se acostumbra actuar, no tendrá la satisfacción del deber cumplido. Desde que comencé en asumir responsabilidades en mi vida, me hecho acompañar de la perseverancia y la constancia. 

 Pude crecer en un hogar donde las cosas se iniciaban se les dada terminación, tu no renuncias por temor, ni por desidia ni por renuncia a lo que se supone debes llevar a cabo. El ser humano se acostumbra a lo fácil y a lo que no tenga que atarlo a compromisos. Con esa misma perseverancia que he aprendido a conllevar las cosas en mi vida, es la misma que he estoy utilizando, al igual que mi familia, para no pensar en desistir ante el caso que nos ocupa.

 Para mi familia y para mí, ya no se trata de un caso propio, sino de que este caso sea un ejemplo para los que están acordes en enfrentar el crimen organizado y la delincuencia. Desde el inicio ese proceso no ha sido color de rosas, y hemos atravesado todas las vicisitudes y obstáculos. Lo que ha seguido no ha sido menos para probar la capacidad de esperanza y fe de cualquier ser humano, sin embargo, no vamos a claudicar, con la constancia, la tenacidad y la responsabilidad, seguiré adelante, con el convencimiento que, mi familia y yo, no estamos solos en esta lucha. 

 Quien se acostumbra a dejar de lado lo que inicia, se acostumbrará a tener una actitud de derrota y no podrá nunca saber hasta dónde puede llegar o cuál es el límite de su fortaleza y su fe.