Debemos amarnos unos a otros, pues éste es el mensaje que ustedes han oído desde el comienzo.
No imitemos a Caín, que era del Maligno, y mató a su hermano. Y ¿por qué lo mató? Porque él hacía el mal, y su hermano hacía el bien.
No se extrañen, hermanos, si el mundo los odia,
pues el amor a nuestros hermanos es para nosotros el signo de que hemos pasado de la muerte a la vida.
El que no ama está en un estado de muerte. El que odia a su hermano es un asesino, y, como saben, ningún asesino tiene la vida eterna.
El (Jesucristo) entregó su vida por nosotros; y en esto hemos conocido el amor; ahora también nosotros debemos dar la vida por los hermanos.
Si uno goza de riquezas en este mundo y cierra su corazón cuando ve a su hermano en apuros, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?
Hijitos, no amemos con puras palabras y de labios para afuera, sino de verdad y con hechos.
En esto conoceremos que somos de la verdad y se tranquilizará nuestra conciencia ante El.
Pues si nuestra conciencia nos reprocha, pensemos que Dios es más grande que nuestra conciencia, y que lo conoce todo.
Amadísimos, si nuestra conciencia no nos condena, tenemos plena confianza en Dios.
Salmo
Sal 100, 2; 3; 4; 5
sirvan al Señor con alegría, lleguen a él, con cánticos de gozo!
Sepan que el Señor es Dios, él nos hizo y nosotros somos suyos, su pueblo y el rebaño de su pradera.
¡Entren por sus puertas dando gracias, en sus atrios canten su alabanza. Denle gracias y bendigan su nombre!
"Sí, el Señor es bueno, su amor dura por siempre, y su fidelidad por todas las edades".
Evangelio
Jn 1, 43-51
Al día siguiente Jesús resolvió partir hacia Galilea. Se encontró con Felipe y le dijo: "Sígueme."
Felipe era de Betsaida, el pueblo de Andrés y de Pedro.
Felipe se encontró con Natanael y le dijo: "Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la Ley y también los profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret."
Natanael le replicó: "¿Puede salir algo bueno de Nazaret?" Felipe le contestó: "Ven y verás."
Cuando Jesús vio venir a Natanael, dijo de él: "Ahí viene un verdadero israelita: éste no sabría engañar."
Natanael le preguntó: "¿Cómo me conoces?" Jesús le respondió: "Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas bajo la higuera, yo te vi."
Natanael exclamó: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel."
Jesús le dijo: "Tú crees porque te dije que te vi bajo la higuera. Pero verás cosas mayores que éstas.
En verdad les digo que ustedes verán los cielos abiertos y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre."
jueves, 5 de enero de 2012
La biblia en su hogar
7:28 p. m.