Julio Vasquez.

Radio Renacer

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martes, 31 de mayo de 2011

Si yo hubiera sido madre.


Al escribir este artículo, lo hago con un dejo de tristeza, por no haber procreado un ser que viniera de mi, por haber sido egoísta en el momento que pude tenerlo y ahora quiero dar una opinión de mi propio yo, y de lo que creo hubiera sido y que no fue.
Ser madre constituye el privilegio más hermoso y grandioso que podría experimentar una mujer y aunque es propio del sexo femenino, no toda hembra nació para ser madre, aunque si todas tenemos un instinto maternal que nos permite ir más allá, o percibir más allá de lo que cualquier ser humano puede.
Realmente las madres tienen muchas cosas lindas que tal vez yo no las entienda. Porque no soy madre. No las imagino porque no he sido privilegiada. No las puedo sentir porque esa parte no la tengo tan desarrollada. Pero lamentablemente, el no haberlo sido, es el punto débil de mi persona, porque tengo tanto amor, tanta comprensión y tanta ternura dentro de mí, que por más que doy, me sigue sobrando.
Soy perceptiva y el instinto maternal lo tengo súper desarrollado, pero si hubiera sido madre fuera una tremenda madraza, porque podría volcar todo este cariño, ternura y amor que llevo dentro de mí, que me ha hecho sensible al dolor, a la tristeza y a todo lo que le hace daño como ser humano.
Muchas veces siento dolor, porque no entiendo del todo a mi madre, pienso que su excesivo cuidado es producto de querer controlarme la vida y como no se sobre la abnegación la juzgo mal, pero ella me entiende y me perdona, pero que madre no perdona a sus hijos.
También reacciono inconscientemente cuando ella me dice algo que no me gusta y a veces he llegado a pesar que no me quiere y de verdad que quisiera entenderla, porque es mi madre y la quiero, pero la impotencia me pone rabiosa y me dejo arropar de la agresividad y me sofoco, me subo y no pienso que las cosas son para bien, todo lo contrario, pienso que todo lo dice por mal.
Me hubiera gustado sentir la ternura de una personita que me mirara a los ojos y a quien yo pudiera abrazar y hacerle caricias. Que naciera de mi vientre, a la que pudiera mecer, cantarles canciones de cuna y decirle que la amo. Que es mi vida, que es todo para mí. Darle todo mi amor y vivir solo para ella. Una criatura a la que pudiera mimar, que sacara alguno de mis rasgos, que naciera fruto del amor.
Haber tenido la ilusión de elegir un nombre para ella. Verla crecer, sonreír, llorar, caerse, levantarse, gatear, caminar, gorjear, correr. Verle salir los dientes, atender al desarrollo físico y humano educarla correctamente.
Por más aun, si hubiera sido madre pudiera entender mejor a mi mamá, la valorara más, me llevaría mejor con ella y es posible que hasta la apoyara, pero no soy madre y tal vez me he perdido de tantas cosas hermosas y lamentablemente ya es demasiado tarde, porque debí tratar de serlo, cuando recién florecía, cuando tenía fuerzas para vencer al mundo. Cuando me creía dueña del universo, cuando todavía sentía deseos de conquistar, de amar. Cuando tenía la ilusión de formar un hogar. Cuando soñaba, cuando veía el ciego en arco iris, cuando tenía de deseos, de continuar.
Pero hoy, cuando miro las páginas de mi vida y veo las cosas que he logrado como persona, como profesional, como mujer, solo lamento no haber podido llegar a realizarme como madre, porque presiento que hubiera sido una muy buena, abnegada, comprensiva, amorosa y dedicada.
De todos modos siempre vivo conforme con todo lo que Dios me ha dado, porque tengo unos sobrinos preciosos, a los que adoro y a quien le doy amor y con ellos puedo desahogar mi instinto maternal frustrado. Y al fin de cuentas que no es lo mío, pues yo pienso que es posible que no lo sea, pero cuando Dios no te da hijos, El mismo se encarga de llenarte de sobrinos, de llenar tu vida de felicidad, pero realmente, no le temo a que se me haya negado ese privilegio, sólo mañana cuando sea una viejecita no tenga nadie que me cuide, que me ayude ni que me diga: “te amo mamá"… Y lo peor de todo es que me iré de este mundo sin dejar una descendencia que me suceda, dejaré mi trono vacío y mi lugar no lo ocupará nadie…