El papa Francisco comienza el viernes su primer viaje como pontífice a México, hasta el 18 de febrero, al que precederá una escala en La Habana para un encuentro histórico con el patriarca ortodoxo ruso Kiril.
El itinerario del viaje papal, como es habitual, prevé que Francisco hable a familias, jóvenes, religiosos y autoridades, pero en este caso Jorge Bergoglio se dirigirá también a los marginados en Ecatepec, al pueblo indígena en Chiapas y a los inmigrantes en Ciudad Juárez.
De modo inesperado el papa se detendrá antes en la capital cubana, en un nuevo gesto de distensión en conflictos seculares como el que ha separado a católicos de ortodoxos y que ya se prevé que tenga un momento icónico en la entrevista con el patriarca Kiril con la compañía del presidente cubano, Raúl Castro.
En total, el primer papa latinoamericano que visita México durante casi seis días, estará en 4 estados (Estado de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua) y seis ciudades, pronunciará 5 homilías, un ángelus y 7 discursos.
Fuertes medidas de seguridad rodearán al papa, con un despliegue de unos trece mil policías federales y un operativo que incluye más de mil vehículos y 13 aeronaves; el papa, por su parte, se desplazará en varias ocasiones en papamóvil.
El avión de la compañía Alitalia aterrizará la tarde del viernes 12 de febrero, tras la escala habanera, en Ciudad de México, donde será recibido por el presidente Enrique Peña Nieto, pero sin ceremonias ni discursos, ya que el recibimiento oficial se realizará al día siguiente.
El sábado se producirá el encuentro oficial entre Jorge Bergoglio y Peña Nieto en la que será la primera ocasión que un pontífice visita el Palacio Nacional, y desde donde el papa dirigirá un mensaje a la nación ante autoridades políticas, representantes de la sociedad civil y del cuerpo diplomático.
Francisco recorrerá en papamóvil los alrededores del Zócalo y se dirigirá a la catedral metropolitana, donde se encontrará con los obispos del país; el papa acudirá también a la basílica de Guadalupe, patrona de las Américas, para celebrar misa.
El 14 de febrero Francisco viajará a Ecatepec, donde tendrá ocasión de volver a hablar de las "periferias" humanas, pues es uno de los municipios más grandes del país, con 4 millones de personas y con un alto nivel de marginación.
Allí, en la explanada del Centro de Estudios, celebrará una misa para más de 500.000 personas.
De regreso a Ciudad de México, Francisco visitará el hospital pediátrico "Federico Gómez" y verá a unos 50 niños pacientes.
Las minorías indígenas y la importancia de que defiendan su identidad cultural y el medioambiente en el que viven serán los temas de su visita al estado de Chiapas, donde aterrizará el lunes, 15 de febrero.
Llegará a San Cristóbal de las Casas en helicóptero y allí celebrará misa con la comunidad indígena en el centro deportivo municipal, donde se esperan a más de 90.000 personas y almorzará con algunos de sus representantes.
Será un homenaje a las minorías, con las lecturas litúrgicas, los textos bíblicos y los cantos en ch'oll, tzotzil y tzeltal, las principales lenguas indígenas que se hablan en Chiapas, y el papa llevará paramentos con símbolos que representan la cultura maya.
En Tuxtla Gutiérrez tendrá otro de los encuentros que se repiten en sus viajes: con las familias en el estadio "Víctor Manuel Reyna".
El martes, 16 de febrero, el pontífice visitará la ciudad de Morelia, en el estado de Michoacán, y allí celebrará la misa para sacerdotes, religiosos, religiosas, consagradas y seminaristas.
Por la tarde será el momento del habitual encuentro con los jóvenes en el estadio de fútbol "José María Morelos y Pavón".
Francisco insistió en visitar Ciudad Juárez y el último día volará hasta el estado de Chihuahua.
Ciudad Juárez es el claro ejemplo de ese "trocito de guerra" que están viviendo los mexicanos, como Francisco afirmó en un reciente mensaje, y allí clamará contra la violencia, la corrupción, el narcotráfico y recordará el drama de la inmigración.
En esta ciudad fronteriza con Estados Unidos visitará el penitenciario "Cereso 3", que fue en el pasado uno de los más peligrosos del mundo, y en el que hay 3.000 presos, de los que 700 podrán asistir al discurso del papa.
En Ciudad Juárez también participará en un encuentro con el mundo del trabajo y luego en el antiguo centro ferial se despedirá de México con una misa en la frontera a la que se espera asistan más de 200.000 personas. EFE