No hace ruidos, no manifiesta síntomas propios de las enfermedades que afectan el organismo humano. Te puedes sorprender súbitamente, no importa donde este, en el trabajo, en la iglesia o conduciendo el auto. Cuando manifiesta síntomas es una complicación que te puede inhabilitar física y/o mentalmente para toda la vida, o en el acto, te puede causar la muerte.
Datos suministrado por el Comité Nacional de hipertensión arterial de los Estados Unidos, que agrupa un gran número de organizaciones medicas dedicadas al estudio de la hipertensión arterial, estima la prevalencia mundial de esta entidad clínica en aproximadamente un billón de individuos que la padecen , y una mortalidad de aproximadamente de 7.I millones de pacientes por año; los datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud sobre la alta incidencia de las complicaciones cardiovasculares de la hipertensión arterial son escalofriantes.
Razones más que suficiente para que la comunidad médica mundial preocupada, haya logrado, en las últimas decadas a la luz del conocimiento en la detección y tratamiento de la Hipertensión arterial, disminuir la mortalidad y las complicaciones cardiovasculares causadas por esta enfermedad. Los programas implementados en varios países ha sido consistente con estos anhelos.
Estas tendencias han sido favorables independiente de géneros, edad, razas o status socioeconómico. Sin embargo, estas mejoras no se han extendido a toda la población y la hipertensión arterial sigue siendo el factor de riesgo más importante para la morbilidad y mortalidad cardiovascular en el mundo.
Un informe del Nacional Health and Nutrition Examination Survey de los Estados Unidos reporta cifras preocupantes: en una población estudiada desde 1999-2000. El estudio revela que el 70% de los placientes conocía ser hipertenso, de los cuales el 59% estaban en tratamiento con un control de la hipertensión arterial en solo un 34 %. Este estudio deja claramente definido el alto porcentaje de hipertensos que no saben que los son y, más aun, la gran cantidad de estos pacientes que están fuera del control de su enfermedad crónica.
Los datos ofrecidos en párrafos anteriores, necesariamente debemos extrapolarlo al sistema de salud de la Republica Dominicana, porque en el país no contamos con estudios o datos estadístico confiables del Ministerio de Salud que nos permite registrar una radiografía diagnostica de la realidad de la hipertensión arterial en la población dominicana.
Independientemente de esta realidad, la hipertensión arterial continúa siendo el principal factor de riesgo causante de mortalidad cardiovascular en el planeta tierra, como hemos expuesto anteriormente, cuya etiología o causas en mayor porcentaje de los casos es desconocida, pero se ha comprobado la existencia factores hereditarios y ambientales en su génesis. Gran parte de la población adulta la padece y no se da cuenta, lo que implica un gran riesgo para la salud.
Es importante destacar, que la edad es un factor de riesgo no modificable para el desarrollo de la hipertensión arterial, que también incrementa los niveles de la presión sanguínea en personas que padecen la enfermedad estén o no en tratamiento. Sería un gran logro de la ciencia evitar la aparición y el incremento de los niveles de la presión arterial conforme avanza la edad, porque con ese avance científico se evitarían muchas complicaciones y mortalidades cardiovasculares provocadas por esta enfermedad, sin embargo, la ciencia no alcanzados esos extremos todavía..
No obstante, se puede hacer mucho para prevenir la hipertensión arterial, combatiendo los factores causantes de esta entidad clínica, que son preponderante en la población dominicana: el sobrepeso peso corporal, el exceso de sal en la dieta y el alto consumo de alcohol, así como también, la actividad física reducida, el inadecuado consumo de frutas y vegetales y de potasio en la dieta.Y elaborando un programa nacional para identificar y controlar los niveles alto de presión arterial en la población de República Dominicana. Sera una cruzada conjuntamente con la Sociedad de Cardiología en su meta de reducir la mortalidad por causa cardiovascular en un 25 % para el año 2025.
Autor: Ismael Batista