Cientos de dominicanos y dominicanas residentes en Panamá demostraron que su música viaja con ellos a todo lugar donde vivan y llenaron la Iglesia Las Piedras, y a ritmo de merengue y bachata alabaron a la virgen de La Altagracia.
La misa en honor a la protectora del pueblo dominicano fue oficiada por el sacerdote cibaeño Jovanny Marcelo Pantaleón, quien resaltó lo especial que resulta este día para el país y al mismo tiempo se refirió a las similitudes de los pueblos panameños y dominicanos.
A la actividad religiosa, en la que la tambora, la güira y los bongos dijeron presentes, asistieron el embajador Octavio Líster Henríquez, el cónsul Domingo Ramírez y la ex embajadora panameña en República Dominicana, licenciada Miroslava Rosas Vargas.
El embajador Líster habló en representación de las autoridades dominicanas y le pidió a los presentes rechazar la violencia de todo tipo, para de esa manera lograr el reinado de la paz y la unión de la familia.
Un lienzo con la efigie de la Virgen de la Altagracia adornaba el centro del templo católico panameño, el cual fue aprovechado por los dominicanos y dominicanas asistentes al acto para tomarse fotos y llevarle flores.
Todos los cánticos corales en bachata y merengue en la misa en honor a la virgen de la Altagracia fueron interpretados por una agrupación musical dirigida por el maestro Seúl Hidalgo y a quien se le unió en el piano el sancristobalense Pedro Rivas, descendiente de uno de los fundadores de la orquesta Santa Cecilia.
La comunidad dominicana radicada en Panamá tiene más de una década conmemorando cada 21 de enero el Día de la Altagracia. Es una tradición que hace que se junten toda la diáspora residente en ese país ístmico.