EFE Ciudad del Vaticano.. El papa Benedicto XVI dijo hoy que la falsedad que es la marca del diablo agravó la culpa de Judas, quien quiso vengarse de Jesús, de quien se sentía traicionado, porque quería un Mesías ganador que acaudillase una revuelta contra Roma. El papa se ha dirigido a los fieles y peregrinos que se han reunido ante el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, donde Benedicto XVI pasa sus vacaciones estivales lejos de las altas temperaturas de Roma. Antes de rezar el Ángelus, Benedicto XVI ha elegido para su discurso las reacciones de sus discípulos a palabras de Jesús como "Yo soy el pan vivo que desciende del cielo, el que coma mi carne y beba mi sangre vivirá eternamente" y a la figura de Judas, el discípulo que traicionó a Jesús. "Jesús -dijo el papa- sabía que entre sus doce discípulos había uno que le traicionaba, que no creía, Judas, quien podría haberse marchado, como hicieron muchos otros. Es más, tendría que haberlo hecho si hubiera sido honesto". Sin embargo se quedó con Jesús y se quedó "no por fe, ni por amor, sino con el secreto propósito de vengarse del Maestro porque Judas se sentía traicionado por Jesús, y decidió a su vez traicionarlo", explicó Judas era un zelote, "quería un Mesías ganador", que dirigiese una revuelta contra los romanos que colonizaban en ese momento a los judíos, pero Jesús desilusionó esta esperanza, explicó Ratzinger. Según el Pontífice el problema es que Judas no se fue, "es la culpa más grande de su falsedad, que es la marca del diablo". Por esto Jesús dijo a los doce: "'Uno de vosotros es el diablo'", clamó el obispo de Roma. El papa ha invitado después a rezar a la Virgen María para que ayude a creer en Jesús, como san Pedro, y a ser siempre sincero con El y con todos". Después saludó a los asistentes en siete lenguas. Al hacerlo en español dijo: "La liturgia de la Palabra de este domingo nos ha presentado la disyuntiva entre servir al verdadero Dios o a los falsos ídolos". "Invito a todos -agregó- a proclamar con valentía la opción incondicional por Aquel que tiene palabras de vida eterna, Jesucristo, el Santo de Dios. Él no nos dejará de su mano y seguirá obrando maravillas, guiándonos a la tierra prometida, a la vida eterna".