Tres maestros marcaron mi vida de estudiante universitario: Julio Ibarra Ríos, Ciriaco Landolfi y Francisco Alberto Henríquez (Chito). Los tres -Ciriaco, gracias a Dios, aún lo es- eran un océano de conocimiento y de vida proba y diáfana. Sus enseñanzas trascendían el aula, precisamente, por ello, eran maestros.
Hoy, supe que la muerte visitó a mi inolvidable profesor de Historia 011. La primera sensación fue de dolor y desolación. Y no podía ser menos, pues, con él y sus cátedras, recorrí los vericuetos más inhóspitos y tortuosos de nuestra historia como pueblo desde un enfoque crítico y de exaltación de la proeza de Duarte y los trinitarios. Y ese discurso histórico-pedagógico, tenía en él, una correspondencia ética-ciudadana indeclinable.
Llegaba sin prisa y sereno al aula; pero una vez allí, se transforma -mientras caminaba en el aula- y nos invitaba a un viaje imaginario por la historia nacional donde los procesos, las fechas trascendentes y la evolución socio-histórica del país se amontonaban en la pizarra, al tiempo que hacía énfasis en que fuéramos a las fuentes: a las bibliotecas, a los libros. Nos alentaba a tomar solo apunte de sus cátedras, y a fijar conceptos y lecciones de vida. Decía que la Historia como ciencia y disciplina, era una fuente inagotable para orientar el presente.
Yo, podría hacer larguísimo -si quisiera- este artículo sobre un maestro y ejemplo que marcó mi vida, y sin duda, la de varias generaciones de estudiantes universitarios, pero prefiero dejarlo hasta aquí y decirle a su memoria, a sus hijos y familiares que el maestro, el abogado y el juez, Julio Ibarra Ríos, fue un faro de luz y una montaña ética que trascendió su época y que su impronta cívica será imperecedera. Ese es el ejemplo, ese es su legado. Porque los puestos, los títulos y el poder son transitorios. Pena del que no lo sepa.
Lo trascendente y loable es ser ejemplo de vida. Él lo fue, en grado sumo, como maestro, como abogado, como juez y, ante todo, como ciudadano.
Descanse en paz, maestro inolvidable.
martes, 15 de marzo de 2011
Julio Ibarra Rios: Inolvidable.
8:29 a. m.
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