¿Qué hacían ellos antes de ser figuras públicas?

Muchos desconocen que detrás de cada persona que ha logrado descollar en distintas áreas del arte o de los medios de comunicación, convirtiéndose en destacadas figuras públicas, se esconden historias de vicisitudes, tropiezos y sin sabores.

Antes de alcanzar el estrellato, la gran mayoría de los que hoy ocupan posiciones cimeras tuvieron que realizar oficios y actividades laborales que contrastan bastante del trabajo que ejercen en la actualidad.


En tiempos en que ni soñaban ser músicos, cantantes, locutores, bailarines y otros artistas tuvieron que cruzar “el Niágara en bicicleta” o el “Masacre a pié” para poder costearse estudios, sobrevivir y hacer de sus sueños realidades, como las que son en la actualidad.


En su gran mayoría tuvieron que hacer desde limpiabotas, vendedores de frutas, tablajerías, albañiles hasta labores secretariales, mensajería y de limpieza.


Por ejemplo, muchos ven la fama y el dinero que ha logrado el merenguero Sergio Vargas, ahora diputado por Villa Altagracia, sin pensar a los mejor que este llegó a ser picador de caña en el Ingenio Catarey.


Quién piensa que detrás de la popularidad de Toño Rosario y Rafael Rosario, se esconden un relato tan lindo como que tuvieron que trabajar como albañiles (tira mezcla) en la construcción del anfiteatro de Altos de Chavón, donde años después se presentaron individualmente , como artistas consagrados, a casa llena.


O tal vez nadie se imaginaría que en su tiempo mozo Pochy Familia, el creador de la Coco Band y de un estilo de interpretar el merengue, laboró como carnicero en el poblado Villa Mella.


De todos es conocido que el músico José Peña Suazo, líder de la Banda Gorda, antes de ser famoso caminaba descalzo y sin camisa por las calles de Cotuí y Santo Domingo vendiendo “jalao”, un dulce hecho a base de coco.


Pero en esa misma línea están Joseito Mateo, quien fue también dulcero, y el ex síndico y ex congresista Johnny Ventura, quien vivió sus penurias pregonando maní tostado por las calles de la Capital para poder ayudar a su madre.


Lo propio se puede reafirmar de Rafael Corporán de los Santos, en la actualidad uno de los más prósperos empresarios de la televisión, quien para poder ayudar a su madre, una lavandera de guardia, tenía cargar con su limpiabotas a visitar parques y oficinas.


Nadie se sorprenda, porque él lo ha dicho con orgullo en reiteradas ocasiones. El exitoso productor y humorista Freddy Beras Goico tuvo que lavar platos en su exilio forzado, en Colombia.


Mucho antes, pero mucho antes de adquirir el brillo, y la solidez que tiene, tras llegar de Moca, transparente y famélico, Domingo Bautista fue mensajero en el Ayuntamiento, en época en que la azuana Olga Lara era secretaria ejecutiva en una empresa de importación.


Y así por el estilo, cada una de estas figuras (se nos quedan muchas), son un claro ejemplo que lo relevante en la vida es ganarse el sustento con el sudor de su propia frente y no con el sudor ajeno.