Duro golpe al narcotrafico.

Trabajadores aeroportuarios en República Dominicana y en Nueva York fueron acusados ayer de aprovechar las deficiencias en seguridad de un aeropuerto de la urbe para ayudar a un grupo a contrabandear heroína y cocaína, informaron las autoridades ayer martes.

Dieciocho personas fueron sindicadas de permitir el tráfico de drogas desde la nación caribeña a través del aeropuerto internacional neoyorquino John F. Kennedy, entre ellas siete empleados de Delta Air Lines, uno de American Airlines, y dos de la terminal.

Varios de ellos fueron detenidos ayer en la culminación de una investigación de dos años por parte de agentes aduaneros de Estados Unidos.

Los trabajadores en República Dominicana escondían las drogas en equipajes destinados a Nueva York, dijo la fiscalía. Un segundo grupo de cómplices en el JFK recogía ese equipaje y lo llevaba a una zona segura antes de ser inspeccionado por agentes aduaneros.

Los sospechosos incluyen encargados de equipaje y carga, un empleado de un servicio de mensajería internacional y un vigía que tenía acceso a la torre de control del JFK por medio de su trabajo en Aramark, una empresa de mantenimiento, limpieza y comida.

Un empleado del Servicio de Inmigración y Aduanas dijo en un documento judicial que, en algunos casos, los trabajadores con acceso “virtualmente sin supervisión o vigilancia” a los vuelos que llegaban, simplemente tomaban las bolsas llenas de droga de la zona de carga del avión y salían con ellas, cuidándose de evitar las cámaras de seguridad. “Las confabulaciones de esta naturaleza son especialmente efectivas para el contrabando hacia Estados Unidos”, dijo la agente especial Meredith Leung.

La agencia empezó a investigar el caso en el 2005, tras decomisar portafolios con droga en el JFK, llegado en un vuelo de Delta. Las autoridades intervinieron los teléfonos de varios sospechosos, entre ellos algunos que se pusieron en evidencia al presentarse a recoger bolsas cuando no era su turno.