Julio Vasquez.

Radio Renacer

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viernes, 4 de diciembre de 2015

Desde el púlpito de Fray Antón de Montesino

El 21 de diciembre de 1511, en el cuarto domingo de Adviento, ante la injusticia contra los aborígenes, el valiente y decidido fray Antón de Montesino, alza su voz a favor de nuestros indígenas desconsiderados, maltratados y humillados por los españoles, que con su afán de enriquecerse obligaban a nuestros nativos a cavar la tierra en busca del preciado oro, para ser transportado luego a España. La vida de nuestros indígenas no valía nada, pues su afán de enriquecerse era voraz y ruin. 
     
Montesino quien se convirtió en un símbolo de la defensa de la justicia y de los derechos humanos. Este sermón cambió el destino de América, y dio inicio a la lucha contra la opresión y el exterminio de los pueblos aborígenes del nuevo mundo.
 
En aquel entonces la comunidad de los frailes dominicos, presidida bajo la dirección de Fray Pedro de Córdoba, observaron el trato inhumano de los españoles a los indígenas, pues estos eran maltratados injustamente, la queja de nuestro heroico fray fue que no se les daba de comer, no se les curaba de sus enfermedades, abusivo exceso de trabajo, muchos murieron por ese trato indecoro, inhumano y cruel. 
    
Entiendo que lo que ayer observaron y reflexionaron los frailes dominicos con relación al trato a los indígenas se repite  hoy  de diferentes maneras. El pasado sigue vigente, con la diferencia de que ayer fueron  manos extrajeras que oprimieron a los indígenas, y hoy son  manos nativas y las que no, permitidas,  las que oprimen y devastan al pueblo dominicano.
    
Nuestro sistema económico sigue siendo excluyente. La pobreza no ha disminuido. Es una economía que engorda al rico, y enflaquece cada vez más al pobre (la ley del embudo). Hay impunidad ante corruptos que han agrietado los fondos económicos. Jueces acusados de corrupción. Policías corruptos, desempleo. Ciudadanos maltratados exigiendo el cierre de la OISOE. No constituye todo esto un crimen, no estamos golpeando a muchos de los nuestros. ¿Con derecho hacemos esto?
     
Mientras tengamos en la estructura de nuestra sociedad un salario pírico, un sistema judicial débil, una politiquería clientelista, ciudadanos corruptos, funcionarios que exigen prebendas para nombramientos, la industria del sicariato copando nuestras instituciones, narcotráfico con complicidad, inseguridad ciudadana, pérdida de valores e identidad; ¿Pero con qué autoridad permitimos tanto daño al cuerpo social de la República Dominicana?
    
Nos urge un proyecto de nación,  que nos ayude a crear mejor organización, institucionalidad, transparencia  y verdadero desarrollo integral. 
    
La sociedad necesita un cambio de mentalidad. No nos acostumbremos a ser espectadores ante tanta injusticia e impunidad. Fomentemos  los valores humanos y cristianos, y  trabajemos en conjunto para erradicar los grandes males que afectan a los dominicanos. 

Felipe de Js. Colón