Francisco José Arnaiz S.J.
Es fundamental para entender en profundidad la doctrina social de la Iglesia conocer bajo qué punto de vista la Iglesia asume el complejo tema de la realidad socioeconómico- política y con qué derecho.
La Encíclica Social “Centesimus annus” de Juan Pablo II lo ilustró y proclamó con toda diafanidad.
Respecto al punto de vista asumido, la Encíclica es taxativa: bajo el punto de vista teológico.
Sintetizo en siete proposiciones el planteamiento de la Iglesia.
1) La Iglesia no habla en virtud de que ella posea modelo alguno que ofrecer. (CA, 43).
2) La Iglesia no habla para recuperar privilegios ni para imponer su concepción. (CA, 53) 3) A la Iglesia lo que le interesa y preocupa es el ser humano real, concreto e histórico; cada ser humano inserto en la compleja trama de relaciones de la sociedad moderna.(CA, 53-54) 4) La Iglesia solo bajo esta perspectiva humana se ocupa de lo económico y de lo político. (CA, 54) 5) Para la Iglesia su Mensaje Social no es una teoría sino por encima de todo un fundamento y estímulo de su acción. (CA, 57) 6) El amor al ser humano, sobre todo al pobre, se concreta para la Iglesia en promoción de la justicia.
Esta no podrá realizarse si se ve en el necesitado a un inoportuno o una carga. No se trata, por otro lado, de dar lo superfluo sino de ayudar a pueblos enteros a que entren en el círculo del desarrollo económico y humano. Se requiere para ello que se cambien los estilos de vida, los modelos de producción y consumo y las estructuras consolidadas de poder que están hoy vigentes en la sociedad.
No se trata, sin embargo, de destruir instrumentos buenos de organización social sino de orientarlos de acuerdo al bien común de toda la familia humana. Aceptando la economía planetaria hay que lograr que a la creciente internacionalización de la economía correspondan adecuados órganos internacionales de control y guía que orienten la economía al bien común. Es preciso que a la hora de valorar las consecuencias de las decisiones se tome en consideración a los pueblos y países que tienen poco peso en el mercado internacional pero que tienen graves necesidades.
7. La Doctrina Social de la Iglesia es una especie de Antropología cristiana, y, por ser esto, es en realidad un capítulo de la Teología. La dimensión teológica, en efecto, se hace necesaria para interpretar correctamente y resolver los problemas de la convivencia humana. Las ciencias humanas y la filosofía ayudan a comprender la centralidad del ser humano en la sociedad y su dimensión social, pero solamente la fe revela a plenitud la identidad verdadera.
De esta identidad verdadera es de donde arranca la doctrina social de la Iglesia.
Hacer esta aportación es un derecho y un deber de la Iglesia Es un derecho-deber de la Iglesia porque pertenece a su misión evangelizadora y forma parte esencial del mensaje cristiano; porque tal doctrina expone las consecuencias ineludibles del mensaje cristiano respecto al ser humano en la vida de la sociedad; porque encuadra el trabajo cotidiano y las luchas por la justicia en el testimonio de Cristo Salvador; porque es una fuente de unidad y de paz frente a los conflictos, que surgen inevitablemente en el sector socio-económico; y porque, siguiendo sus directrices, se pueden vivir las nuevas situaciones sin degradar la dignidad trascendente de la persona humana ni en sí misma ni en los adversarios y pueden estas ser orientadas hacia una recta solución.
Con gozo hace notar la Centesimus Annus que en tiempos de la Rerum Novarum la Iglesia experimentó el rechazo del liberalismo y del marxismo, pero que modernamente han cambiado las cosas. El mundo es hoy consciente de la necesidad de valores ético-religiosos y de un cambio radical de mentalidad, de comportamiento y de estructuras. La Iglesia siente por esto la responsabilidad de ofrecer su colaboración.
Desde la publicación de la Rerum Novarum por el Papa León XIII en 1891 hasta nuestros días han sido muchas las encíclicas sociales que los Papas de turno han ido publicando al hilo de los nuevos problemas sociales que se han ido produciendo.
El Pontificio Consejo de Justicia y Paz fue encargado de tomar todo ese material, organizarlo y hacer un compendio. En abril del año 2004 se publicaba el resultado de ese laborioso trabajo. Se trata de un volumen de 500 páginas con notables índices que hacen muy fácil su manejo. Con la debida licencia de la Santa Sede Amigo del Hogar hizo entre nosotros una edición dada la importancia de esta obra y el interés por ella de la Conferencia del Episcopado Dominicano.
Recomendamos que todo el que esté interesado en la Doctrina Social de la Iglesia la obtenga. Recordamos que tal doctrina fue y es la inspiración y el marco ideológico de referencia de los partidos “demócratacristianos”.
En su presentación el cardenal Solano puntualiza: “Con esta luz se invita al hombre, ante todo, a descubrirse como ser trascendente, en todas las dimensiones de su vida, incluida la que se refiere a los ámbitos sociales, económicos y políticos… El presente texto resalta además la importancia de los valores morales fundados en la ley natural escrita en la conciencia de cada ser humano, que por ello está obligado a reconocerla y respetarla”.
sábado, 1 de octubre de 2011
Marco de referencia
9:29 a. m.