Por Agustín de la Cruz
-Para una persona que vive de la tecnología, como es el caso mío, resulta contradictorio hacer este tipo de análisis, pero luego que desarrolle mi exposición tanto usted como yo podríamos coincidir, en que no vamos por buen camino si continuamos dependiendo tanto de la misma.
L a dependencia comienza en nuestros hogares a través de nuestros hijos; quienes en la actualidad están perdiendo el interés por todo lo que no esté relacionado a los juegos electrónicos, sabemos de casos donde se les compra los famosos juegos como una especie de bobo o tetera, con la única finalidad de mantenerlos entretenidos, ósea para que “No Jodan” es decir que se está sustituyendo el cuidado y responsabilidad de los padres, por una consola PS3, una Xbox, una Wii, entre otros.
Los mismos padres estamos más atentos a cual será próximo juego que saldrá a la venta, en algunos casos con la única finalidad de ofrecerlo como trofeo, por los bajos niveles de calificaciones alcanzadas en la escuela, o quien sabe cual fechoría supuestamente infantil; cada vez estos niños son más distraídos, menos conversadores, terminan encerrados en su propio mundo cibernético, acumulando
fantasías creadas en laboratorios electrónicos. Unas veces zánganas, otras sangrientas.
Esos niños es hoy son jóvenes, que traen con sigo esas lagunas de afectos, combinada con una crónica adicción por lo digital, ya no es solo la consola de juego ahora se le suma un instrumento pequeño en tamaño, pero con gran poder sobre el ser humano “El Celular”.
Aquí las cosas se ponen más interesantes porque aun estando en el mismo perímetro, prefieren comunicarse a través del texto, es como si sufrieran de algún complejo de expresión; pero eso es todo, hablarle es perder el tiempo, pues por lo general van hasta la cama con unos audífonos a todo volumen, haciendo imposible que se logre establecer con ellos una paterna conversación.
Hoy día casi todos estamos a merced del celular, ya no retenemos números, es más fácil grabarlo, en principio hablábamos como pericos hoy escribimos hasta conduciendo; hasta el piropo paso a ser obsoleto, pues la mujer siempre tiene un celular pegado a los oídos, o está enviando un texto, aunque solo finja hacerlo para evitar que nos acerquemos. Lo mismos hacemos los hombres para hacernos los interesantes.
La perdida de la conversación salpica a todos los niveles de nuestra vida cotidiana, se habla de parejas que van a la cama bajo el control del televisor, cada uno con un celular o una PC.
Es impresionante ver las personas caminar como sonámbulos por las aceras enviando y recibiendo mensajes de textos, en muchos de los casos sin percatarse que están cruzando una calle sin el derecho de tráfico, y despiertan sorprendidos con el frenazo de los carros y las maldiciones del conductor.
A todo esto se le agregan las laptop y el internet WiFi, lo que nos facilita llevarlas a todos lados, incluyendo lugares donde vamos supuestamente a distraernos y a compartir unos tragos; pero la tecnología no se detiene y nos seduce con algo que esta revolucionando el mundo tecnológico llamado “Tablas” las que por su configuración y tamaño, vienen a reemplazar la pesada laptop que no podemos llevar en las manos, pero que además nos sirve de juguete de lujo hasta en el supermercado.
Con este humilde y personal análisis no estamos tratando de restarle importancia a la tecnología, ni mucho menos decir que es dañina, entendemos que si fuéramos a mencionar sus beneficios a la humanidad, llenaríamos largas páginas a su favor. En verdad quienes están al frente del diseño y elaboración de la misma, no lo hacen con la finalidad de hacer daño, somos los usuarios quienes de manera irresponsable perdemos la perspectiva; nos olvidamos de establecer reglas de uso, para cosas que luego se nos convierten en adictivas.
Podríamos continuar mencionando el televisor 3D y quien sabe cuántas cosas más, pero mejor dejémoslo por ahora hasta aquí, no sin antes invitarlo a descubrir si a su alrededor, usted conoce de alguien que según lo expuesto aquí, la tecnología lo esté idiotizando.
sábado, 15 de octubre de 2011
¿Estaremos siendo idiotizados por la tecnología?
7:55 p. m.