(Agencias/InfoCatólica) El decano del colegio cardenalicio, Angelo Sodano, remitió el aviso a los miembros del colegio cardenalicio, que actualmente son 208, en el que señala que el primer día se realizará la primera Congregación General el lunes a las 9,30
en el Aula Pablo VI en la Sala del Sínodo de los Obispos y que está
prevista, asimismo, una segunda Congregación General por la tarde, a las
17,00, en el mismo lugar.
Durante este periodo de Sede Vacante, son el Camarlengo, el cardenal Tarcisio Bertone y el Colegio de Cardenales los que se encargan del gobierno del Vaticano.
Así, los cardenales podrán encargarse del despacho de los asuntos ordinarios o los inaplazables, así como de la preparación de lo necesario para la elección del nuevo Pontífice. Concretamente, se formarán dos clases de congregaciones, una general, formada por todo el Colegio, que se encargará de los asuntos más importantes, y otra particular integrada por el camarlengo, que es el cardenal Tarcisio Bertone, y por tres cardenales extraídos por sorteo, que se ocupará de los asuntos ordinarios, según precisa la Constitución Apostólica ‘Universi Domini Gregis’.
En las primeras congregaciones todos los cardenales deberán prestar juramento de observar las disposiciones contenidas en la Constitución Apostólica y de guardar el secreto. “Prometemos, nos obligamos y juramos, todos y cada uno, observar exacta y fielmente todas las normas contenidas en la Constitución apostólica Universi Domini Gregis del Supo Pontífice Juan Pablo II, y mantener escrupulosamente el secreto sobre cualquier cosa que de algún modo tenga que ver con la elección del Romano Pontífice”, leerá Sodano delante de todos los cardenales. A continuación, cada purpurado dirá: “Yo prometo, me obligo y juro” poniendo la mano sobre los Evangelios.
En una de las Congregaciones inmediatamente posteriores, los cardenales deberán decidir, entre otros asuntos, el sorteo de las habitaciones en la Domus Sanctae Marthae, la preparación de la Capilla Sixtina, confiar a dos eclesiásticos de clara doctrina el encargo de predicar a los cardenales dos ponderadas meditaciones sobre los problemas de la Iglesia en este momento, cuidar que sea anulado el anillo del Pescador y fijar el día y la hora del comienzo de las operaciones de voto.
De este modo, el Cónclave comenzará en la fecha establecida por los cardenales, que se alojarán en la Domus Sanctae Marthae que permanecerá cerrada al igual que la Capilla Sixtina. Durante este tiempo, los electores no podrán mantener correspondencia epistolar, telefónica o por otros medios como las redes sociales.
El derecho a elegir al Romano Pontífice corresponde únicamente a los cardenales electores, es decir, aquellos que antes del día en que la Sede quede vacante no hayan cumplido los 80 años. Además, el número de cardenales no podrá superar en ningún caso los 120. Concretamente, en el Cónclave de 2013 habrá 115 cardenales electores, de los cuales más de la mitad han sido nombrados por el Papa emérito Benedicto XVI
Durante este periodo de Sede Vacante, son el Camarlengo, el cardenal Tarcisio Bertone y el Colegio de Cardenales los que se encargan del gobierno del Vaticano.
Así, los cardenales podrán encargarse del despacho de los asuntos ordinarios o los inaplazables, así como de la preparación de lo necesario para la elección del nuevo Pontífice. Concretamente, se formarán dos clases de congregaciones, una general, formada por todo el Colegio, que se encargará de los asuntos más importantes, y otra particular integrada por el camarlengo, que es el cardenal Tarcisio Bertone, y por tres cardenales extraídos por sorteo, que se ocupará de los asuntos ordinarios, según precisa la Constitución Apostólica ‘Universi Domini Gregis’.
En las primeras congregaciones todos los cardenales deberán prestar juramento de observar las disposiciones contenidas en la Constitución Apostólica y de guardar el secreto. “Prometemos, nos obligamos y juramos, todos y cada uno, observar exacta y fielmente todas las normas contenidas en la Constitución apostólica Universi Domini Gregis del Supo Pontífice Juan Pablo II, y mantener escrupulosamente el secreto sobre cualquier cosa que de algún modo tenga que ver con la elección del Romano Pontífice”, leerá Sodano delante de todos los cardenales. A continuación, cada purpurado dirá: “Yo prometo, me obligo y juro” poniendo la mano sobre los Evangelios.
En una de las Congregaciones inmediatamente posteriores, los cardenales deberán decidir, entre otros asuntos, el sorteo de las habitaciones en la Domus Sanctae Marthae, la preparación de la Capilla Sixtina, confiar a dos eclesiásticos de clara doctrina el encargo de predicar a los cardenales dos ponderadas meditaciones sobre los problemas de la Iglesia en este momento, cuidar que sea anulado el anillo del Pescador y fijar el día y la hora del comienzo de las operaciones de voto.
De este modo, el Cónclave comenzará en la fecha establecida por los cardenales, que se alojarán en la Domus Sanctae Marthae que permanecerá cerrada al igual que la Capilla Sixtina. Durante este tiempo, los electores no podrán mantener correspondencia epistolar, telefónica o por otros medios como las redes sociales.
El derecho a elegir al Romano Pontífice corresponde únicamente a los cardenales electores, es decir, aquellos que antes del día en que la Sede quede vacante no hayan cumplido los 80 años. Además, el número de cardenales no podrá superar en ningún caso los 120. Concretamente, en el Cónclave de 2013 habrá 115 cardenales electores, de los cuales más de la mitad han sido nombrados por el Papa emérito Benedicto XVI