(VIS) En este ámbito, el Papa ha recordado también que las redes sociales «tienden a sustituir los espacios naturales de socialidad y de comunicación, convirtiéndose, a menudo en el único punto de referencia de la información y del conocimiento. La familia y la escuela no parecen ser ya el terreno fértil, primario y natural, donde las jóvenes generaciones adquieren la savita vital para su existencia (...) La escuela y la universidad parecen haberse vuelto incapaces de proyectos creativos que comporten una teleología trascendental que los atraiga profundamente (...) El mundo de hoy y los adultos responsables no han sabido darles los puntos de referencia necesarios».
Después de preguntarse si la disfunción de determinadas instituciones y servicios públicos y privados no podría explicarse «partiendo de una educación deficiente y mal asumida», el Santo Padre ha invitado a los gobernantes de las naciones de procedencia de los embajadores a «contribuir con valor al progreso de nuestra humanidad favoreciendo la educación de las nuevas generaciones a través de la promoción de una sana antropología, base indispensable de cualquier educación genuina y en consonancia con el patrimonio natural común. Esta tarea podría partir de una seria reflexión sobre las diversas problemáticas de vuestros países respectivos y de las determinadas opciones políticas o económicas que pueden socavar, poco a poco, vuestro patrimonios antropológicos y espirituales, patrimonios que han pasado el tamiz de los siglos y se han asentado, pacientemente, sobres unos fundamentos que respetan la esencia de la persona humana en su realidad plural permaneciendo en perfecta armonía con el cosmos». «Insto de nuevo a vuestros gobernantes -ha reafirmado el Papa- a tener valor para esforzarse en la consolidación de la autoridad moral - entendida como llamamiento a una vida coherente - necesaria para una educación verdadera y sana de las generaciones más jóvenes».
«Nunca se debe olvidar o negar el derecho a una educación en los valores justos . El deber de educar en estos valores nunca debe ser truncado o debilitado por un interés político nacional o supranacional. Por esta razón, es necesario educar en la verdad y a la verdad : (...) la verdad sobre el hombre, la verdad sobre la creación, la verdad acerca de las instituciones... Junto con la educación a la rectitud de corazón y pensamiento, los jóvenes necesitan hoy más que nunca, ser educados en el sentido del esfuerzo y la perseverancia a través de las dificultades. Tienen que aprender que todo acto de la persona debe ser responsable y coherente con su deseo de infinito, y que este acto forma parte de su crecimiento de cara a la formación de una humanidad cada vez más fraterna y libre de las tentaciones individualistas y materialistas».
Los embajadores recibidos han sido: Bizwayo Newton Nkunika (Zambia); Chalermpol Thanchitt (Tailandia);Ravinatha Pandukabhaya Aryasinha (Sri Lanka); Wafic Rida Saïd (San Vicente y Granadinas); Aminatou Batouré Gaoh (Niger) e Ibrahima Sory Sow (Guinea).
Después de preguntarse si la disfunción de determinadas instituciones y servicios públicos y privados no podría explicarse «partiendo de una educación deficiente y mal asumida», el Santo Padre ha invitado a los gobernantes de las naciones de procedencia de los embajadores a «contribuir con valor al progreso de nuestra humanidad favoreciendo la educación de las nuevas generaciones a través de la promoción de una sana antropología, base indispensable de cualquier educación genuina y en consonancia con el patrimonio natural común. Esta tarea podría partir de una seria reflexión sobre las diversas problemáticas de vuestros países respectivos y de las determinadas opciones políticas o económicas que pueden socavar, poco a poco, vuestro patrimonios antropológicos y espirituales, patrimonios que han pasado el tamiz de los siglos y se han asentado, pacientemente, sobres unos fundamentos que respetan la esencia de la persona humana en su realidad plural permaneciendo en perfecta armonía con el cosmos». «Insto de nuevo a vuestros gobernantes -ha reafirmado el Papa- a tener valor para esforzarse en la consolidación de la autoridad moral - entendida como llamamiento a una vida coherente - necesaria para una educación verdadera y sana de las generaciones más jóvenes».
«Nunca se debe olvidar o negar el derecho a una educación en los valores justos . El deber de educar en estos valores nunca debe ser truncado o debilitado por un interés político nacional o supranacional. Por esta razón, es necesario educar en la verdad y a la verdad : (...) la verdad sobre el hombre, la verdad sobre la creación, la verdad acerca de las instituciones... Junto con la educación a la rectitud de corazón y pensamiento, los jóvenes necesitan hoy más que nunca, ser educados en el sentido del esfuerzo y la perseverancia a través de las dificultades. Tienen que aprender que todo acto de la persona debe ser responsable y coherente con su deseo de infinito, y que este acto forma parte de su crecimiento de cara a la formación de una humanidad cada vez más fraterna y libre de las tentaciones individualistas y materialistas».
Los embajadores recibidos han sido: Bizwayo Newton Nkunika (Zambia); Chalermpol Thanchitt (Tailandia);Ravinatha Pandukabhaya Aryasinha (Sri Lanka); Wafic Rida Saïd (San Vicente y Granadinas); Aminatou Batouré Gaoh (Niger) e Ibrahima Sory Sow (Guinea).