Por: Rafael Percival Peña
Manifiesto.-El pasado 16 de agosto el Presidente Leonel Fernández me incluyó en la lista de altos oficiales puestos en retiro por antigüedad en el servicio.
Tal decisión es a mí entender no solo es injusta, sino también discriminatoria e inconstitucional, puesto que no se cumplieron los requisitos establecidos en la Carta Magna ni las pautas que tales determinaciones ameritan. Muchos oficiales han sido retirado irregularmente sin cometer falta alguna, solo por el revanchismo abusivo del barchillerismo bizantino militar.
Recibo el hecho como un castigo a la honestidad, al esfuerzo de superación, a la profesionalidad militar, a mi persistente resistencia a ser instrumento de facciones políticas y a mi decisión de pensar con cabeza propia, siempre en función de los intereses del pueblo y de la Patria.
Soy un oficial sin prejuicios ideológicos, técnicamente bien formado, en permanente superación académica, dedicado a mi familia y a servirle al país y sus derechos soberanos. Muchas horas de desvelo y dedicación los puse al servicio de la institución sin esperar ningún privilegio.
Estoy en ejercicio pleno de mis facultades físicas y mentales, en franca edad productiva, presto a dar mucho mas de mí para nuestro querido país y para nuestra amada América.
Me siento excluido, discriminado, por mi conducta vertical y por mis ideas avanzadas en medios de tanta corrupción en las élites militares y de evidente predominio de la mediocridad y el conservadurismo en la conducción de las instituciones del Estado.
Nunca he ocultado mi admiración por las gestas patrióticas de los “Trinitarios”, “los Restauradores” y “los Constitucionalistas de Abril del 65”, como también mis simpatías con procesos como los encabezados por los generales Torrijos de Panamá, Velasco Alvarado de Perú y Torres de Bolivia, y con la revolución bolivariana que dirige el comandante Hugo Rafael Chávez Frías y otras expresiones del progresismo latino-americano; sin que por ello me incline por trasplantarlas o copiarlas mecánicamente al margen de las condiciones nacionales. Simplemente se trata de los ideales que debe tener todo militar con alma patriótica.
Mis capacidades no han sido todavía debidamente aprovechadas ni en el campo de la aviación, de la infantería, de la academia, la investigación, organización y conducción militar. Menos aun en la implementación de programas sociales y medio-ambientales.
Considero esta sorpresiva decisión presidencial como un acto de represalia política agitada por aquellos que me reprochan resistirme a ser de las claques corrompidas y subordinadas a la Corte Militar de ocasión, inclinadas al acomodamiento pusilánime y a la inercia conservadora.
Recientemente fui designado en el servicio exterior, esta vez en Corea del Sur, en lo que interpreto como otra variante de ostracismo involuntario. Ya antes estuve en Taiwán. Por que la decisión de retiro ha sorprendido a muchos sectores de la vida nacional.
Ahora se anuncia mi retiro en un contexto que se presta a confusión, sobre todo porque la lista incluye oficiales cuestionados por la opinión pública en medio del derrame de la corrupción militar-policial y de la exigencia social de sanción a los responsables de tanta vergüenza, y mi inclusión en esa lista podría ser una forma indirecta de intentar dañar la imagen bien ganada a lo largo de mi carrera militar.
Por todo eso, he decidido oponerme por todos los medios legales a mi alcance a esa medida y esforzarme por lograr mi restitución, ya sea mediante la correspondiente rectificación del Jefe de Estado actual, o por determinación de los tribunales competentes o por la justa acogida de mi reclamo en un futuro no muy lejano.
Voy a luchar con tesón por mis derechos. El héroe nacional cubano Antonio Maceo sentenció: “Los derechos no se piden, se conquistan. Mendingar derechos es propio de cobarde, incapaces de conquistarlo”.
Soy militar por vocación, y por convicción y aprecio el esfuerzo realizado hasta llegar a este momento en que se pretende echarme lodo y a un lado, y cercenar mi carrera sin causas justificadas.
Voy a auto-defenderme recurriendo al sentido de justicia de la sociedad dominicana que conoce en buena medida parte de mi trayectoria.
Soy soldado de la Patria de Duarte, Luperón, Caamaño, y Fernández Domínguez y como tal actuaré con renovada firmeza.
No se trata de un desafío, sino de una necesaria defensa de la dignidad y el decoro propios de mi formación personal y familiar.
¡Todo por la patria!
¡Todo por el pueblo!
Dr. General de Brigada Piloto (ret)
Por: Rafael Percival Peña
lunes, 4 de octubre de 2010
Acerca de mí puesta en retiro
2:36 p. m.