Julio Vasquez.

Radio Renacer

Radio Renacer

Radio Renacer

jueves, 28 de enero de 2016

Luis Morel Pouerie: un obrero de la justicia

Permanecer por 51 años en una institución, no es tarea fácil; pero es mayor el mérito que sea un estamento como la justicia, donde además de sudor, se requiere capacidad, seriedad e integridad para mantenerse por tanto tiempo.
Es lo que ha ocurrido con el doctor Luís Eduardo Morel Pouerie, toda una vida entregado y dedicado a la justicia, desde donde se desarrolló, levantó, guió su familia, sirviendo de asesor y guía a muchos, que hoy le dispensan respeto y admiración.
Don Luis, como se le conoce, de una acrisolada carrera en la justicia, inició en 1947 como juez de paz en El Seibo, continuó como juez de Instrucción, abogado de oficio, procurador fiscal y juez del Tribunal de Tierras de Jurisdicción Original de El Seibo.
 Su labor también la llevó a cabo siendo juez del Tribunal Superior de Tierras desde 1992 hasta el 1998 y actualmente percibe una pensión que no se corresponde con la jerarquía con la que terminó sus 51 años en la justicia.
 Legado
Al preguntársele sobre su labor dice: “Siempre quise ser abogado y en especial me gustó la materia de tierra, el derecho inmobiliario” y pese a lo modesto con su legado, su trayectoria y trabajo hablan por sí solo.
 Sus aportes no se limitan al trabajo consagrado, sino que fue ideólogo de la creación de un tribunal regional de jurisdicción especial de tierras, junto al entonces senador y abogado Julio De Beras (Ulises).
 Origen y trayectoria
Graduado como doctor en derecho en 1941 en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), se hizo bachiller en la escuela normal de La Vega e impartió docencia en la escuela Sergio Augusto Beras de El Seibo, atraído por el profesor León Beras Morales.
 Nacido un 16 de noviembre del 1920, este profesional ha desarrollado una de las carreras más brillante en el estamento judicial, adornado en  la humildad con que se desenvuelve y sus pocos activos, que ratifican su integridad.
 La vivienda donde reside el doctor Luis Eduardo Morel, pese a estar en la avenida central de la ciudad, parece un taller, con muchas piezas y artículos para reparar; sin nada de ostentación e impregnada del ingenio y vocación hacia la mecánica que es innata de este laureado abogado y consagrado magistrado, de reconocida solvencia moral.
 Vida pública
Aunque sobresale por los años como juez, Don Luis, también sirvió como regidor en 1953 y presidente del ayuntamiento de El Seibo, durante 7 años, involucrado en labor municipal.
 En su gestión, se construyó el mercado y el palacio municipal; fue presidente del Club Faro de Hicayagua y reconocido por diversas entidades incluido el Colegio de Abogados, el Ministerio de Educación y el Club de Leones.
 La Junta Agropecuaria Dominicana (JAD) lo distinguió por su trayectoria y años de servicio; al igual que la Asociación de Mujeres Seibana (ASOMUSEI),  El Gordo de la Semana y la Universidad Central Del Este (UCE).
 Su familia
En la vida de este abogado se dio en una ocasión, el que tanto él como su esposa, Altagracia Abraham de Morel (Doña Chechela) ocupaban posiciones de jueces en la justicia. Ella fue fiscalizadora y juez de paz durante 15 años.
 Su padre, Luis Felipe Morel fue síndico y juez de paz; su tío Servando Morel fue diputado y gobernador; su madre Idalia Pourie fue una consagrada maestra que dirigió una escuela industrial de Señoritas; son sus hermanos: Luis Felipe (Pupo), Ondina Altagracia y Luis Servando; sus hijos; Carmen Luisa, Wilfredo, Pedro Rubén  e Ivette.
 Don Luis, quien se entretiene reparando diversos objetos: “De mi mamá aprendí a ser metódico, ella era maestra” refiere al resaltar que le gustaban los deportes, jugó pelota, pesca, fue boxeador, practicaba con las argollas, con las barras y gustaba del atletismo.
 Su filosofía
Debido a su disciplina de vida a sus 95 años, su salud luce intacta, solo les afectan, gripes ocasionales, recuerda su juventud cuando corría cinco kilómetros fuera de la ciudad a pie y regresaba trotando, junto algunos amigos.
 Amante de la comida típica dominicana y las canciones románticas de Marcos Antonio Muñiz y Lucho Gatica, este laborioso obrero de la justicia, lo es también de la reparación de enceres de todo tipo.
Florentino Durán
El Seibo/Listin Diario.