Julio Vasquez.

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lunes, 14 de diciembre de 2009

El bazo es un órgano vital


Si usted conoce su cuerpo sabrá que hay en él un órgano llamado bazo. ¿Qué tanto se conoce este órgano? Pues bastante poco, a pesar de tener funciones realmente relevantes en el desempeño del organismo, especialmente en lo que se refiere al sistema inmunológico.

Según Lina Díaz, médica y profesora de anatomía del Instituto de Ciencias de la Salud de las Américas (ICSA), el bazo “es un órgano de consistencia blanda, rodeado de una gruesa cápsula de tejido conectivo y altamente vascularizado, situado en la parte superior izquierda de la cavidad abdominal, arriba y a la izquierda del estómago”.

La experta explica que la razón del desconocimiento general en torno a este órgano, reside en que quizás los síntomas de las enfermedades que lo afectan son muy vagos y comunes a numerosas enfermedades.

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SÍNTOMAS QUE SURGEN CUANDO SE ENFERMA
Síntomas como fatiga, palidez, infecciones frecuentes y/o recurrentes, fácil sangramiento, inapetencia y esplenomegalia (aumento de tamaño del bazo que puede tener diferentes causas) suelen presentarse cuando este órgano se enferma.

Pueden aparecer sensación de llenura sin haber comido y dolor referido como sensación de pesadez en la parte superior izquierda del abdomen.

La importancia del bazo se desprende de sus funciones: la filtración de la sangre, eliminación de partículas extrañas, destrucción de los eritrocitos anormales y/o envejecidos, ser el reservorio de partículas celulares que participan en la coagulación y la producción de componentes del sistema inmunológico como los linfocitos y anticuerpos, que defienden contra enfermedades.

El bazo es vital, mas se puede prescindir de él
El bazo tiene dos componentes principales, la pulpa roja y la pulpa blanca, que difieren tanto estructural como funcionalmente. “La función fundamental de la pulpa roja es la filtración mecánica de toda la sangre del cuerpo y la eliminación de partículas extrañas como por ejemplo los materiales de sutura”, señala la doctora Lina Díaz, profesora de anatomía del Instituto de Ciencias de la Salud de las Américas (ICSA).

Añade que el bazo es además el principal órgano del cuerpo encargado de destruir y eliminar de la circulación sanguínea los glóbulos rojos defectuosos y/o envejecidos. Los monocitos de la sangre representan del 3% al 8% de los leucocitos (células blancas) de la sangre, y la mitad de esta cantidad es almacenada en la pulpa roja como reserva.

“En caso de heridas, estos monocitos pueden migrar a los tejidos lesionados y transformarse en células dendríticas y macrófagos (células que engloban y destruyen bacterias, virus, hongos, residuos celulares y otras sustancias extrañas) y ayudar en el proceso de curación de las mismas. La pulpa roja también sirve de reservorio a las plaquetas”, dice Díaz.

Manejo de los males que atacan al bazo
A pesar de la importancia del bazo, se puede prescindir de él. “Las personas pueden vivir sin este importante órgano porque su falta es compensada por otros órganos como el hígado que aumenta su capacidad de luchar contra las infecciones así como también destruye los eritrocitos anormales”, dice Lina Díaz. A la extirpación quirúrgica del bazo se le conoce como esplenectomía.

Quienes se someten al procedimiento tienen mayor riesgo de padecer neumonía, meningitis, influenza, infecciones de la sangre, los huesos y las articulaciones porque las defensas del organismo son afectadas por el papel del bazo en la lucha contra algunas bacterias.

Los pacientes que deben someterse a la esplenectomía deben recibir varias vacunas como la antineumocócica, la antimeningocócica y la anti Haemophilus influenzae tipo B.

Enfermedades
El bazo suele verse afectado por infecciones virales como la mononucleosis o la hepatitis; enfermedades bacterianas como la sífilis o la endocarditis y parasitarias como la malaria. También le dañan las anemias hemolíticas y el cáncer de las células de la sangre; enfermedades metabólicas como la de Niemann-Pick y la de Gaucher; la cirrosis hepática, la artritis reumatoidea y el lupus eritematoso.

Para diagnosticar una afeccion cualquiera en el bazo, Díaz explica que se inicia con la palpación durante el examen físico y luego se procede a realizar estudios imagenológicos.

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