" Por fuerte y despiadada que sea la muerte nunca podrá arrancar de nosotros esos seres especiales que vivirán por siempre en nuestra memoria".
Teresa De Jesús Faña Fernández( Odalis), quien falleciera hace cerca de dos décadas en el Municipio de Jayaco, Bonao, de donde era originaria en un accidente de tránsito. Hecho que arrebató la paz y la tranquilidad a sus familiares, amigos y relacionados. Los mismos que todavia mantienen vivos los recuerdos de una de sus jóvenes más representativas. Conocida ampliamente por su belleza, tanto corporal como del alma, poseedora de unos grandes y bellos ojos negros, con una sonrisa siempre a flor de labios.
Motivada siempre a servir a las personas que a su alrededor necesitaban ayuda, vocación que heredó de su madre, una activista que se mantuvo siempre al lado de su comunidad, entregando sus aportes para que fueramos mejores personas. Odalis, como les llamabamos sus más conocidos, fue una muchacha alegre que recibió amor puro departe de sus familiares, donde era la consentida por ser la de menos edad, aunque en estatura superaba a muchos. Su comunidad siempre le brindó el apoyo que necesitaba y la veia como una de sus favoritas. Por esa razón cuando ella perdió a su madre en plena adolescencia se convirtió en una hija más de todas las madres de su comunidad, incluyendo a sus hermanas mayores. Lo que hizo que sus penas disminuyeran paulatinamente y siguiera siendo una extrovertida muchacha cuya finalidad siempre fue amortiguar las penas del mundo y sonreirle al futuro, es por ello que pasó a ser madre, teniendo la bendición de haber dejado dos frutos preciosos, los cuales aunque la perdieron siendo apenas unos niños pudieron disfrutar de sus encantos, y hoy por hoy hacen lo posible por mantener vivos sus recuerdos.. Claro que no están solos, somos muchos los que hemos habilitado rinconcitos en nuestros corazones para llevar por siempre el legado que nos deja la amiga Odalis.
El dia de su partida nadie pudo contener sus lagrimas, un manto de nostalgia nos cubria y nos envolvió por mucho tiempo. Hoy es todo lo contrario. Haberla tenido entre nosotros, aprender de ella y aplicar sus estrategias, tener la seguridad que desde el Cielo nos bendice y nos contagia con su sonrisa, nos permite ser felices, tanto como lo es ella.
Escrito por Julio Vásquez.
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